martes, 19 de enero de 2010

Cosas innatas

Cada cierto tiempo recuerdo momentos de cuando era niña, cosas que sentía de cuando tenía 1 o 2 años y que se me pasan por la mente sin razón aparente. El sábado, mientras tenía una conversación telefónica de esas que piensas que no suceden en la vida,  recordé tres momentos en los que comprendí cosas de mi, cosas que no son aprendidas creo yo... cosas que son parte innato de  mi caracter.

Recordé tres episodios con mi papá, de los pocos que tengo con él:

Uno

Yo debo haber tenido como 1 año o 1 año y medio y estaba aprendiendo a lavarme los dientes.  De verdad yo estaba muy contenta de aprender a hacer cosas que los grandes hacían, así que muy decidida yo em fui rumbo al baño a practicar mi cepillado.

Subí la grada del baño, me estiré agarrandome del laavdero, tome un utensilio azul y empecé a hacer el además de cepillarme, recuerdo que con las justas llegaba al caño y que el espejo se veía muy alto para mi. Pero que importaba, yo me estaba cepillando los dientes y !estaba felicísima!. Que mejor que compartir tanta felicidad y de paso recibir reconocimiento de los que te estan enseñando algo de aseo.

Desde el baño recuerdo haber llamado a mi mamá y papá y haberme parado a esperar en la puerta; al verlos les dije con una sonrisa:

- ¡Miren! me estoy cepillando los dientes!, mientras seguía haciendo el ademán de cepillado.

La cara de pavor de los dos no se me va a borrar nunca, no gritaron, mi papá me cargó y mi mamá me enjuagaba la boca. Yo no entendía bien que pasaba. Mi abuelita gritaba "Agua con sal! Agua con sal!". Yo quería sacar la cara y no me dejaban... ¡Qué impotencia! ¿Qué había hecho mal? ¡Yo no entendía!

Neófita en el asunto aún, no supe distinguir entre el cepillo y la máquina de afeitar... así que literalmente me había razurado las encias.

La verdad es que no recuerdo el dolor, sólo el susto de tener la boca salada y haberme puesto a llorar porque no sabía que pasaba. Lloraba, lloraba y lloraba.

Mi papá me cargó, me abrazó un rato y de ahi me puso en sus hombros, me llevó a pasear mientras yo todavía sollozaba. Yo me puse contenta porque veía todo desde arriba y en la calle habían flores. Yo siempre recogía flores. Mi papito me cuidaba siempre.



Dos

Recuerdo haber estado caminando por la calle de la mano con mi mamá como yendo rumbo a la tienda. Justo cuando íbamos a cruzar la pista, vi de lejos a mi papá y yo ya no quería cruzar.

Mi mamá siguió caminando y no se dió ni cuenta de que yo estaba parando de caminar, obviamente mis pasos eran mucho más chiquitos y con mucha menos fuerza.

Paramos justo frente a la tienda, mi papá se agachó y extendió los brazos con una sonrisa para abrazarme. Yo me escondí detras de las piernas de mi mamá, no queria que me toque, recuerdo haber estado molestísima. Uff... una molestia que no era del tamaño de mi cuerpecito.

Mis papás empezaron a gritarse:
- ¡¡¡¡¡¿Que le has dicho a la bebe?!!!!! (HISTEEEERICO)
- ¡Yo no le he dicho nada!
- ¡Si tu le has dicho algo!
- ¿Tu crees que no se ha dado cuenta?
-  ¡Es una niña!

La verdad yo no recuerdo que mi mamá me haya dicho algo, pero si recuerdo que estaba molesta porque él no había ido a verme, yo tenía un montón de tiempo sin verlo, claro.. cuanto habrá sido un monton de tiempo para mi en ese momento, para los niños media hora es como 3 días.

No se porque a veces los adultos pensamos que los niños son estúpidos o que no entienden y no van a darse cuenta. Es cierto, yo no entendía que era lo que pasaba, pero si entendía que mi papá no estaba conmigo y que no había ido a verme y eso me ponía furiosa, porque ¿qué les pasa? Me enseñan que algo es de una manera, luego me la cambian sin decir porque y luego nuevamente aparece como si nada hubiera pasado.

¿Que creían que era yo? y sobre todo ¿Cómo es que va a ser de ahora en adelante? ¿Me van a querer o no me van a querer?

Me acuerdo que yo lo empujaba con la mano cuando quiso cargarme, a él le llegó mi manito y me cargó a la fuerza y yo me puse contenta pero a la vez estaba bien molesta, a mi me encantaba que mi papá me cargue y me haga cariño, pero si ya se había desaparecido y me había puesto triste. De ahí me puso en sus hombros, yo le empecé a agarrar la cara a medio afeitar, me dio cosquillas y me puse contenta de nuevo, tenía esta sensación de ¡Ay que importa yo te quiero!.

Ese es el último recuerdo que tengo de él en mi niñez, despues de eso desapareció hasta que tuve 13 o 14 años.


Tres

Cuando lo ví de vuelta no era como yo lo recordaba, estaba horrible y yo estaba más que molesta. El me sonreía y quería tocar mi mano, yo no quería que me toque. El me abrazó y yo me sentí como si tuviera 1 de nuevo.

En los años siguiente volvió a desaparecer y yo me hice a la idea de que nunca más iba  a aparecer y que si el no quería verme entonces yo no lo necesitaba en mi vida. Yo no quiero a nadie que no quiera compartir conmigo, pensaba.

Mi papá volvió a aparecer, solo que esta vez rehabilitado y en el matrimonio de mi prima Claudia. Yo tenía mucho susto, pues por años toda la familia le había dado la espalda a mi papá, pensaba que si el aparecía todo mundo lo iba botar y luego iban a voltear a verme esperando que yo hiciera algo. Y ¿que iba a hacer yo con alguien que me había tratado tan mal y se había olvidado tanto de mi?

El llegó a la hora de la fiesta, yo estaba lejos de donde el estaba,  mis primos Phyra y Diego se pararon al lado de mi y preguntaron:
- ¿Tu sabías que venía?
- No
- Entonces cualquier cosa nos avisas.
- Ya.

Todo mundo miraba y cuchicheaba y escuchabas: "Ay ese es Papo? Ay no se había vuelto drogadicto y andaba por las calles? Ay no trato a su famlia tan mal? Ay no le da verguenza aparecerse? Que sin verguenza! Ay y esa es su hijita? Ay pobreciiiita... "

Yo no sabía que hacer, era el matrimonio de mi prima, era su día feliz y derepente todos estabamos en esta situación incomoda en la que todo mundo decía un montón de sandeces y yo pensaba: Bueno... valor hay que tener para venir en un día como hoy, despues de todo, a pesar de todos... eso hay que reconocercelo.

Ahí mi prima Claudia, que no le gustan las poses y cuchicheos atorrantes se acercó sonriendo y le dijo:
- ¡Papo! ¡Que bueno que hayas podido venir! ¡Que bueno verte bien!¡Gracias por venir!¡No sabes que tal regalazo!

Lo abrazó sosteniendo su bouquet y llamó a Pawata, su esposo, y se lo presentó. El le dijo algo así como que "Que gusto tenerlo con nosotros hoy, que gusto saber que esta bien, Claudia me ha contado de usted" (Creo que eso siempre me ha gustado de ellos dos, se saben todo uno del otro y se quieren así, se cuidan siempre, se apoyan siempre, se nota que son felices uno con el otro, mi prima me dio una leccionsasa ese día)

Todo mundo se calló al ver la escena, se voltearon y siguieron haciendo cualquier otra cosa matrimoniesca.

Mi papá se me acercó y me abrazó: Me dijo que el quería saber de mi, que sabía que se había equivocado y que eso ya no lo iba a poder arreglar, pero que lo dejara verme de vez en cuando para conversar, que le dijera todo lo que yo pensaba, que el se lo merecía y que estaba preparado para saber.

Yo no podía decirle una palabra, sólo pensaba que había que tener mucho valor para hacer eso, que eso no era algo que uno deba maltratar o dejar pasar así no más. Yo le dije que iba a hacer el intento, pero que no esperara ser un  padre conmigo porque el no se había ganado ese derecho.

Este último fin de semana me sentí igual.

Lo del matrimonio creo que fue en el año 2002 y yo estuve muy resentida con mi papá durante muchos años, pero más que resentimiento creo que fue el hecho de que en mi experiencia el siempre había vuelto a desaparecer y estaba esperando la desilución para decir: Ya ves... no iba a cambiar nunca, realmente nunca le importó.

Pero no, desde esa vez le hizo el intento todas las veces y más bien era yo la que no quería hablar con él, me llamaba, iba a mi casa, yo siempre lo recibía amablemente pero sin ningún otro interés, Me escribía mails a cada rato, yo nunca le contestabaa menos que fuera para pelear un rato.

Creo que nunca evalué la posibilidad de darle una verdadera oportunidad hasta el 2006, en esa época yo estaba con Sergio y estaba en su casa revisando mis e-mails, le comenté que mi papá siempre me escribía testamentos llenos de "Vamos a alabar al Señor con panderos y cantos" (¿a quien se parecerá me pregunto?), pero que yo no quería contestarle.

- Deberías contestarle
- No... ¿Para qué? le dije, Si igual yo no comparto nada con él.
- Dale una oportunidad, es tu papá, las personas cambian.

Cuando dijo "Es tu papá" yo pensé ¿me esta hablando en serio? Osea... que padre puede ser... ¿Padre de quien? ¿Estará comparando su relación con su papá y la mía con el mio?

- Háblale, podrías darte una sorpresa; me dijo sonriendo y moviendo la cabeza con cara de inocente.

Yo no le dije nada, pero decidí hacerle caso, porque bueno... el siempre pensaba en cosas buenas para mi y yo le creía cualquier cosa que me dijera.

Creo que tenía razón en eseo de darle una oportunidad y ciertamente me he dado con muchas sorpresas en estos últimos años. Creo que abriéndole la puerta yo también me di la oportunidad de saber y perdonar las cosas que habían pasado y además descubrir piezas que me hacían falta.

El sábado mientras hablaba por teléfono recordaba todas estas cosas, recordaba sus palabras y una vez más decidí escucharlas, quiero creer que si eso fue posible una vez, tal vez pueda serlo muchas veces. Pero claro, yo siempre quiero creer en las personas.

Y eso es lo que pasa conmigo desde niña, yo perdono rápido a las personas que quiero, pero tambien sufro horrores cuando las cosas no suceden como me las han dicho, porque no entiendo, no entiendo cómo alguien que te quiere o dice o hace algo y luego hace como si nada hubiera pasado. No entiendo, me duele. No es justo.

Yo siempre voy a decir ¡Que importa yo te quiero! Pero si los sucesos vuelven a repetirse, me va a doler haber confiado, saber que fue mi decisión, que me equivoqué y que no me va a quedar más que admitirlo y seguir adelante.

Pero que puedo hacer, hay cosas que son innatas a mi caracter, quiero mucho, perdono rápido, ando escuchando y viendo todo y siempre quiero creer en el buen corazón de las personas.

A veces me gustaría conocer cosas en las que soy más tajante en la vida, supongo que eso lo iré descubriendo en el tiempo.

No hay comentarios.: