domingo, 30 de diciembre de 2012

Pequeñas reflexiones durante la limpieza de fin de año

Abres una caja, tremendo monstruo ahí dentro, miras y piensas: no me deshice de esto la ultima vez?. Lo botas (de nuevo según tú). Volteas y ves cuantas cajas has abierto (Demasiadas) y cuantas cosas ya no usarás (No las suficientes, ya lo verás). 

Todo está patas arriba. ¿Quién va a poner todo esto en su sitio? (Tú claro, ¿quién más? ¿Por qué te haces esa pregunta? ¡Duh!) Sacas las bolsas negras, empiezas a llenarlas y las pones cerca de la puerta (Parece una pequeña morgue), el espacio empieza a despejarse pero aún puedes ver lo que se ha ensuciado luego de sacar todo lo anterior (Y lo que estaba dañado y escondido por esas cosas anteriores también). Miras el piso lleno de pedacitos de cualquier cosa mezclada con polvo y la mesita de noche con cosas dejadas en algún descuido.

Tu casa parece un montón de olvido, de cosas sin ordenar. Y ahí estas, tratando de darle forma a algo que sabes tal vez nunca termines de hacer, pero haces el intento. Sabes que tal vez nunca se vea como esos “Ideales espacios pequeños” que buscas para tener alguna idea de cuál podría ser el camino de la organización sostenible que funcione para ti. Cuál será pues, no sabes, pero ahí estas… haciendo el intento para nunca tener que imaginarte lo que habría podido ser.