miércoles, 18 de abril de 2018

Postponerse

Hay muchas maneras de postponerse a uno mismo.

Una es no ordenar tus obligaciones, vivir pateando las cosas que tienes que cumplir hace que retraces no sólo tu día a día, si no tus planes y sueños a futuro. Cada vez que postponer una obligación, recortas tu tiempo de disfrute y alargas la espera.

Otra es no ordenar tus ideas, el desorden en esta área hace que tus pensamientos estén más tiempo en la imaginación que en la realidad y las ideas que no conectan con la realidad terminan siendo fantasías. Las ideas fantasiosas tienen una gran carga de energía y uno puede decidir dónde enfocarla: en alimentar la fantasía o ponerlas en ejecución. Para ejecutar necesitas  priorizar que puedes hacer con lo que tienes, para luego pasar a qué es lo que necesitarás para las siguientes etapas. Proyectas una idea, armas la estructura que delimite medianamente las necesidades y empiezas a seguir. Seguirás necesitando de la imaginación para visualizar posibles escenarios y soluciones, pero esta vez la imaginación estará encausada hacia algo específico.

Esas son dos que brevemente se me ocurren hoy y las apunto porque siento que hay muchos sentidos en los que me estoy postponiendo.

El miedo esta involucrado también, creo que sin querer postpongo cosas porque no creo que puedan ser posibles y postponer es algo así como no lidiar con la realidad. Pero si la realidad es que no se puede, es mejor saberlo ahora que despues... así podría invertir mi energía en cosas que sí sean posibles.

Esa es mi amable reflexión de hoy .

Buen día.

martes, 17 de abril de 2018

Situación de silencio mental

Pienso miles de cosas, pero apenas quiero escribirlas se me olvidan. No voy a permitir que esas cosas sigan revoloteando en mi cabeza, me desordenan y el desorden mental es algo que no puedo permitirme. 

Será de a gotas entonces. 

Las primeras cosas que quiero decir son: 

1. Me jode que mis planes se postpongan. 
2. Realmente debo hacerle más caso a mi intuición. 
3. Sí, parte de mi viaje era ir a ver a S. Aunque quiera meterme en la cabeza que no es así, esa es la verdad. 
4. Estoy molesta. 

Punto. 


domingo, 8 de abril de 2018

Una declaración de amor

O algo por el estilo...  supongo que "amor" es una palabra grande, pero en el contexto en el que estoy estas últimas dos semanas es bastante posible.

Conocí a este hombre hermoso que no se cree lo hermoso que es, eso suele ser una dificultad...

Luego de varios días pensando en decirle algo, me dije: Ya... le voy a decir que me gusta, pero tengo que encontrarlo solo. Apenas dije eso, apareció sólo caminando frente a mi y a mi se me fueron las ideas de la cabeza, no sabía qué decir... al final creo que comenté el clima y me fui corriendo.

La segunda vez dije lo mismo, tengo que encontrarlo sólo y di la vuelta a la esquina y lo encontré sentado en el jardín, la garganta se me hizo nudo. Me volví a ir corriendo.

La tercera vez nos encontramos en el almuerzo, caminamos juntos de vuelta a nuestras casas y me acompañó a meter mi ropa a la lavandería de mi edificio. Ahí hablaba y hablaba y yo, que ya conozco en mi cuerpo la mirada que pongo cuando alguien me gusta, pensaba para mi: Por dios! debo parecer una idiota! y las ganas de besarlo... ¿Qué hace uno con eso?

En 36 años de vida, nunca he sido la primera en decir "Me gustas", siempre he esperado a que los hombres sean los que den ese paso, como si fuera su función en la vida de las relaciones. El día de hoy siento admiración por esos actos de valor...  yo tenía esta sensación horripilante en el cuerpo, de miedo, de ansiedad de pensar qué pasaría si es que me dice que no le gusto o que sí... porque en verdad no podía pensar en nada más allá. Sólo en que quería decirle que me gusta. Nos despedimos, hizo un saludo gracioso y nos quedamos unos segundos sosteniendo nuestras manos.

Después de la lavandería cada uno se fue a su casa; en mi cabeza seguía esta idea de que soy una idiota por no decir nada... tienes que decirle... tienes que decirlo... me paré, tome mi llave y me salí con destino a su casa y cuando llegué a su edificio lo encontré en la puerta saliendo a comprar:

- Que haces?
- Nada, a donde vas?
- A comprar
- Te acompaño.

Y lo acompañé y no se que decía o que contestaba, sólo pensaba en que tenía que decirle que me gustaba.

Caminando de regreso se lo dije y creo que ni salió de la mejor forma... hubo este momento de confusión... y yo quería salir corriendo... pero me quedé y como no me dejé entender bien, cambié mis palabras:

- Me gustas, me gusta conversar contigo y es una pena que el tiempo sea tan poco porque me gustaría seguir conociendote.

Luego de eso... silencio... y yo en mi cabeza, haciéndome pequeñita... y ante el silencio le dije:

- No tienes que decirme nada, hagamos algo: Voy a abrazarte, me voy a ir y hagamos como si esto no sucedió. No tienes que responderme nada.
- Es que no se que decirte.
- No te preocupes, yo venía preparada para cualquier respuesta.
- Pero no esperabas que te dijera que no se.
- No, pero eso también es una respuesta.

Nos despedimos y me fui corriendo a casa de una amiga a sentarme en su sala mientras ella cocinaba. No dije una palabra.

Nos vimos en la noche en el performance de la escuela, hizo un comentario sobre que me veía bien, yo no podía mirarlo a los ojos. Me fui a bailar en la presentación al salir nos encontramos de nuevo y me felicitó, "Todo muy bonito", le agradecí. De lo otro no dijo nada.

Me voy en 3 días, sólo puedo decir que me siento tranquila de haberle dicho, no habrán hubieras.