sábado, 8 de diciembre de 2018

Luis Felipe

Nunca lo he llamado por su nombre, siempre por su apodo. Sólo hoy escribo para él con su nombre e iniciales porque la seriedad lo amerita. Talvez nunca lo lea, eso no importa; sólo quiero sacar algunas cosas de mi cabeza.

LF nos conocimos por un amigo en común y compartimos apartamento un tiempo, que debo decir, recuerdo con mucho cariño esa época. Siempre hubo algún tipo de atracción, pero en verdad yo no estaba en capacidad de haberme cargo de un amor, principalmente porque yo estaba muy herida de uno anterior. LF siempre insistía de muchas maneras, yo creía que lo que quería era acostarse conmigo y yo no estaba lista para eso o para nada.

Sus bromas casi siempre eran desatinadas, LF es el tipo de persona que dice cosas sin pensar y todos lo disculpamos porque sabemos que nunca lo hace de mala fe y la mayoría de las veces, aunque desatinadas, lo hacen ver muy gracioso y se puede pasar por alto el desatino sólo por la risa.

Luego de que nos mudamos cada uno por su cuenta, seguimos viéndonos, los amigos en común eran muchos, las aficiones también; cada tanto nos juntábamos para salir a tomar algo, conversar o correr. Yo odio correr, sólo no odiaba hacerlo con él, porque no me presionaba a seguir corriendo cuando ya no podía  o quería. Supongo también porque disfrutaba de su compañía... Sí... me gustaba acompañarlo, me parecía un chico íntegro, de buen corazón. Y por momentos sentía que podía ser yo misma a su lado.



En una de todas esas veces que coincidimos en salir y que me preguntaba porqué no quería salir con nadie, la idea rondaba mi cabeza: ¿Por qué no salir con él? Le dí vueltas a esa pregunta muchas veces. MUCHAS.

Entonces, lo decidí un día. Voy a  salir con él y sin saber cómo hacer para decir casualmente esa decisión, me dirigí a su casa en mi vestido azul. Creo que quedamos en comer juntos y luego ir a bailar, recuerdo que llevé una mochila con ropa para más tarde y que la armé con toda la intención de quedarme a dormir con él.

Y así fue. Esa tarde, noche y madrugada la pasé hermoso. Me reí, nos besamos, tuvimos sexo delicioso, nos fuimos a bailar, regresamos a su casa, dormimos juntos, no sé cuando me fui a mi casa. Sólo recuerdo que ese fin de semana fue más de lo que yo esperaba y me sentía bien.

Seguimos saliendo, no recuerdo en qué momento salió el tema de hacer público que saliamos. Le dije que yo no estaba lista para tener una relación pública, pero si para conocernos y estar juntos un tiempo. Lo dije así porque si las cosas no iban bien, prefería que eso sea entre los dos, sin personas que pregunten por nosotros o que te miren con cara de pena o vergüenza cuando dices que se acabó. Yo quería que ese conocernos sea sólo de nosotros.

Esto trajo varias discusiones, y aquí yo debo asumir culpa de no comunicar bien lo que quería, de siempre estar a la defensiva cuando mencionaba que quería que lo nuestro fuera público. Él me contestó un día mientras peleabamos que yo me avergonzaba de él. Eso nunca fue cierto.

Tuvimos varias peleas por ese tema, un día borracho dijo cosas fuera de lugar, siempre alrededor del mismo tema. Peleamos horrible, tomé distancia y él envió flores para disculparse. Yo estaba tan molesta. Las flores eran hermosas, pero a mi no se me iba a pasar la molestia con eso, me molestaba que no viniera en persona a disculparse.

Un día recuerdo haberle dicho que nosotros sólo salíamos, que ambos teníamos la libertad de salir con quien quisiéramos, que yo no salía con nadie más pero que era así, que yo necesitaba conocer cómo éramos juntos antes de hacer ésto público. Es lo que recuerdo que quería decir, puede que no lo haya dicho tan bien como lo escribo hoy.

Él no quería eso.

A eso le siguieron varias peleas más, dónde él empezó a criticar mi decisión de estudiar "Algo que nadie conocía" y mi gasto de dinero en eso, varias cosas a las que empecé a responder a la defensiva. El drama de todas las peleas me cansaba y esos dos puntos en especial, eran cosas que todo mundo criticaba en todo momento, no entendía por qué las personas criticaban algo para lo que no les estaba pidiendo ayuda.

 Él empezó a viajar mucho por trabajo y yo estaba muy ocupada con la maestría. Nunca hubo un cierre propio para ese tiempo juntos.

El último recuerdo que tengo de nosotros, es que un viernes compré una película que dijo que le gustaría ver y cuando salía del trabajo lo llamé para vernos. Él me dijo que no podía, yo le pregunté si sería mejor al día siguiente, él me dijo que estaba ocupado. Yo sentí que estaba interrumpiendo.  No volví a llamarlo.

Unas semanas después vi varias de sus fotos por FB y aunque no lo decía explícitamente, sabía que estaba con alguien. En ese momento, no se bien si sentí pena, creo que era algo que esperaba. Pensé que yo abrí la puerta y él decidió irse, pensé que era mejor así, porque si no podía tomar el tiempo de conocerme y amarme en libertad, entonces era mejor que todo se acabe.

Con el tiempo, me di cuenta que la razón por la que no quería estar con nadie en  esa época era que luego de terminar la relacion que tuve antes de conocer a LF, tenía la permanente sensación de que nadie iba a amarme por lo que soy y si eso iba a ser así, entonces prefería estar sola.

Sentir que quería conectarme con alguien (Él) era un paso enorme para mi, tenía mucho miedo.

En los años nos escribimos varias veces, para ver cómo estábamos y desearnos bien, preguntar sobre nuestras nuevas parejas, si éramos felices. La verdad es que siempre le he deseado bien.

Nos encontramos hace un año, justo el día de mi cumpleaños en la puerta de mi edificio, el llegaba para una cita en uno de los pisos superiores y yo llegaba con una amiga y un ramo de flores. Lo invité a mi casa, me dijo que sólo tenía 15 min y entró. Se burló de que me comprara flores cuando él me las regalaba y no me gustaban. Me encantan LF - le dije, pero en esa época yo estaba molesta y no estaba en condiciones de amar a nadie.

Hace unos meses me escribió para hacerme unas preguntas y ahí me dijo que se estaba divorciando, seguido por una propuesta para tener sexo. Me reí. Y me apené. Y me reí de nuevo y le dije que podía salir con él a tomar una cerveza y conversar. Nunca lo hicimos.

La pena que sentí en ese momento abrió una pregunta ¿Por qué siento ésto? Si conozco sus bromas idiotas y desatinadas. La respuesta apareció más rápido de lo que esperaba: Luego de tanto tiempo sin vernos, me da pena  que no me hablara para saber cómo estoy, si no para "bromear" acerca de acostarse conmigo. Es un poco el lugar que siento tengo en su cabeza y sí, me apena.

Me apena porque a pesar de las peleas, yo tenía amor y respeto porlo que sucedía entre nosotros. Nunca tuve la intención de herirlo.  Me apena porque al igual que antes, sigo sintiendo que nadie va a quererme por quien realmente soy.

Nadie me ha vuelto a preguntar por él hasta hace un mes, en que el amigo en común que tenemos me mencionó que él siempre pensó que algo fuerte pasaba entre nosotros.

Recordarlo con un poco más de madurez es lo que hace que hoy escriba sobre él. Porque siento que ninguno se dió el tiempo de cerrar con respeto ese tiempo que al menos para mi, fue especial. Fuera de todo lo que he mencionado, siempre recuerdo mi risa con él, su cara con mis explicaciones sobre el universo femenino y cómo (la mayoría de las veces) entendía mi ser renegón.

Creo que nunca hubiera podido publicar en redes sociales nada sobre nosotros y sé que eso no lo haría feliz, pero nuevamente, ahora con un poco más de madurez puedo decir siempre trato de mantener en secreto las cosas que quiero y desde ahí, hoy puedo decir que lo quería. 

Entonces, hoy con ese respeto que tengo por las personas que quiero, agradezco por el aprendizaje que él ha sido en mi vida y espero de todo corazón que encuentre lo que su corazón necesita.

Con ésto, cierro ese capítulo.