martes, 30 de septiembre de 2008

Ya no la busco


Ya no, ya no, ya no.

Puede quedarse con sus mariposas en donde se haya escapado
Ya no voy a buscarla.
Me quedaré enhebrando de noche y tejiendo de día
La próxima vez no necesitaré de su calor.

Ella siempre regresa a endulzarme
Ella siempre regresa con una flor para mi pelo
Ya no voy a buscarla
Ya no voy a esperarla
Me quedo a querer lo mio
A pintar mis cajas y limpiar mis ventanas

Y ahora que no la busco, se acerca, me mira detrás de las plantas, me sonríe.
Yo no la miro, sé que me engaña.
¿Ay si tan bonita no?
Tan amigable...
Dónde habrás estado cuando yo recorría de noche los parques.
Mentirosa, no te quiero.
Mis días simples son más lindos sin buscarte.

A pesar de mi negativa, esta en todos lados
Yo cuestiono su constancia.
Que ahora te sientes a tomar el té conmigo no significa que antes no serviste a la amargura
Si vienes eres bienvenida
Mi casa esta abierta para lo lindo y lo feo

Camino sin pensarla y me da cosquillas
Ella calladita me sigue sonriendo
Ahora que no la busco se sienta tranquilita
Me mira, se rie
Me rio

Tonta,
¿porque te fuiste?
Yo te extrañaba.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Mi amigo imaginario





No sé a cuantos les pasó esto, creo que todavía no conosco a alguien que como yo haya tenido un amigo imaginario. Dicen que los hijos únicos son los que generalmente tienen uno, bueno... yo tenía un hermano y además un amigo invisible.

Mi amigo imaginario se llamaba Paul (Como se pronuncia en inglés) y no era mi amigo, era mi esposo, por los menos eso es lo que decía de niña. Yo jugaba con él y me acompañaba en todas mis travesías por la casa de mi abuela haciendo maromas. Debo haber tenido alrededor de 4 años y se lo presentaba a toda mi familia.

Mi esposo Paul decía yo... mi mamá, mi tía y mi abuelita se reían de mi: "Seguro es un hombre de pelo en pecho" decían burlándose. Yo no contestaba, me parecía raro que ellas no pudieran entenderlo o verlo, él era un niño como yo, pero era mi esposo.

Mis recuerdo de Paul son muy vagos y claros a la vez, lo digo así porque no recuerdo su cara, su voz o que era lo que decía, pero si recuerdo su forma, su pelo lacio y cortado parejito, su chompa azul con rojo, sus pantalones claros, su paradita de niño bueno al lado de mi cada vez que lo presentaba a alguien; recuerdo haberlo amado mucho... como no... era mi esposo.

Cuando escribo esto no se si es algo que en verdad recuerdo o algo que me inventé en algún momento para acompañar mi recuerdo de espacios de juego y conversación.

No sé bien cuando empecé a verlo, pero si recuerdo bien cuando dejé de hacerlo. Un día en la cocina, jugaba en el piso con Paul, mi mamá se acercó y me pregúnto que hacía:
- Juego con mi esposo Paul - le contesté
- ¿Donde esta?
- Ahí.
- ¡Pum! Lo maté - dijo dando un pisotón.
- ¡Noooo!

Me puse a llorar instantáneamente, ¡Lo había matado! ¡Ya no estaba!. Mi mamá se reía creyendo que se trataba de un juego. Luego de eso sólo recuerdo el piso rojo, la pared beige donde se suponía que estaba y la sensación de haberlo perdido.

Ya no esta, lo mató, quedé viuda.

Es increíble como los adultos no pueden entender el juego, es una pena... realmente se pierden de mucho. En estos días en que vuelvo a tener la energía de antes me doy cuenta de que la gente realmente piensa que estoy un poco loca porque canto o porque me divierto jugando mientras hago mi trabajo; y ¡ojo! No juego y dejo mi trabajo, trato de convertir mi trabajo en un juego que es distinto, me imagino a la gente haciendo cosas sin sentido para cumplir su cometido, me rio por montones, me gusta pensar que muy en el fondo la gente tiene esa chispa de emoción con las cosas que hace.

En mi mente de adulto a veces extraño ese desdoble de imaginación infantil, que es como algunos días lo entiendo; aunque debo decir que algunas veces me encuentro hablando como si alguien me contestara, claro esta vez sin rostro ni cuerpo que pueda ver, sólo la vocecita.

Me leo y me pienso esquizofrénica.... jejeje bueno, por lo menos, hasta el día de hoy las vocesitas no me han pedido que mate a nadie o que me tire de algún lado, sino todo lo contrario. Aunque algunas veces no he podido entender a que se refieren, con el tiempo ha tenido sentido. No sé ni porque estoy contando esto... hehe... por alguna razón me entraron ganas de recordar a ese niño visible sólo antes mis ojos y que ahora recuerso con mucha ternura.
No sé si es que yo entienda el mundo de una forma distinta, la afirmación la siento un poco narcisa, me queda muy claro que no soy como el resto de las personas, bueno... nadie es como nadie, saberme especial me alegra la vida; todos los días juego a que brillo y que cantando les regalo un poquito de polvo de estrellas... ¡Me volví campanita! hahaha... jugar sin pensar hace que me enfrente al mundo de una forma distinta; me gusta creer que eso aprendí con mi "Esposo Paul", que jugaba conmigo, hacia maromas, me acompañaba y se paraba como niño bueno, que no cuestionaba mi existencia y yo no cuestionaba la suya.
Para jugar no es necesario entenderlo todo, en el mundo no es necesario entenderlo todo, sólo necesitas imaginarlo, creer que es posible y lanzarte a hacerlo. Que nadie pueda entender el proceso no significa que no pueda existir.
Que suerte haber tenido a Paul.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Un poema de Manuel Scorza


Lo encontré, me hizo recordar una conversacion en el parque con mi abuela, mientras le enseñaba el nuevo piercing que tenía en el ombligo (y que ya no tengo dicho sea de paso):

¡Cosa preciosa! ¡Que maravilla!, mientras abría los ojos con alegría y juntaba sus manitos arrugadas como si aplaudiera; Hijita para ustedes ya no importa lo que digan, ustedes son libres... para luego mirar hacía el piso con ojos de recuerdo melancólico.

Volvió a mirarme, me toco con el dedo el ombligo y me dijo nuevamente: ¡Uy! ¡Aprovecha!, Ustedes son libres.

Ojalá esas palabras no se me olviden nunca.

UNA CANCION PARA MI ABUELO
ABUELO:

Tú nunca fuiste feliz.
Temías que el viento
desbaratase tu corazón de ceniza.
Te recuerdo una tarde negra,
diciéndome con voz blanca:
ojalá no seas,
como yo, un hombre triste.

Abuelo:
la vida te parecíaun pozo de malos sueños.
Cuando pensabas en la abuela
te quemaba una hoguera sin luz.
Y Juan el herrero,
y Pedro el sembrador,
(pájaros huesos
con quienes conversa tu lengua de hierba),
también creían
que la vida es un sueño confuso.

¡Qué lástima abuelo,
que no supieras que la vida tiene otro color!

¿Me oyes, me escuchas?

La tristeza va a morir.
Ahora cuando la alondra
surca el cielo,
algo rosado empapa el alma,
porque el ave
viene del color que tendrá la vida
cuando los humillados alcen la cabeza
y partan la dicha
en pedacitos que alcancen para todos;

¿Me oyes, me escuchas?,
ardiendo
está el mundo donde te ahogabas.
Perdona, pues, si te dejo,
pero me llaman, necesitan
mi mano para formar una ronda alrededor del mundo.

Más luego volveré.

Cuando la Libertad abra sus alas
sobre mi país desesperado,
volveré.

Volveré con todos los nietos del mundo
en primavera, y abuela
y María y Paloma, todos los días vendremos
a regar la parcela de alba que nos toque.