miércoles, 24 de marzo de 2010

Todo, nada y uno a la vez

Todo le llegó un día, ella no tuvo pensamiento alguno, solo estaba observándolo todo y dejando que ese todo lo observara a ella.

¿Qué se puede hacer con todo esto?¿Qué significa todo esto?¿Cómo uso todo esto?

Ella se hacía todas las preguntas y todas seguían sin respuesta... y seguía sentada frente a un todo que no ponía en orden nada.

Sintió como si estuviera en un limbo en el que todo o nada podía suceder

- ¿Qué tiene que suceder?, se preguntó
- Lo que necesito que suceda, se respondió sola

En ese momento algo surgió en ella... como un golpecito... una gotita de agua en la nuca.

Si todo estaba sucediendo ella sólo podía responder de una manera:  Respondiendo como uno, de una forma y de un sólo paso a la vez; para ver que pasaba... porque al final el todo ya se había entregado y ella podía usarlo todo pero haciéndolo como ella, uno a uno a la vez.

Apareció una lucesita... ella sonrió... todo iba teniendo sentido.


(Breve respuesta estetica al pedido de "Escribir acerca de lo que creen que significa "El arte del encuentro"" en la clase del mismo nombre.

Bellísimo presente, bellisimo camino el que estoy siguiendo. Gracias a lo que haya hecho que sea posible todo esto.)

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