lunes, 7 de diciembre de 2009

Las cosas que quería de niña

Cuando era niña quise ser tantísimas cosas, todas con algún sentido en mi cabeza... porque yo creía que eran cualquier cosa menos lo que eran en realidad.  La vida desde mi observación de balcón era un ranfañote de ideas.

Un tiempo quise se monja porque durante unos meses tuve fascinación por las faldas largas; pensaba un millón de cosas para hacer bajo una falda larga:  tener menos frío en invierto, bailar usando la tela o ponerme la tela como vestido, jugar con mis piernas sin que nadie pregunte que haces, no usar calzón (de niña me molestaba el hecho de usarlos) o alucinarme la novicia rebelde cantando con los niños, nunca caí en cuenta que mi pueril pensamiento atentaba un poco en contra de la profesión de mujer célibe.
- Mamá quiero ser monja
- Ojalá hijita... ojalá.... me contestaba mi mamá aguantandose la risa.

Creo que eso me duró como una semana, pero bien intensa.

Tambien quise trabajar en una oficina, sólo porque si te ponías vestidos tan lindos como los de mi mamá de todas maneras el trabajo debe ser bonito. Ir en vestido, usar maquinitas raras, tener papeles y lapiceros, ir en microbus viendo a más gente en la calle. Debe ser lindo pensaba cuando mi mamá se iba en las mañanas.

Quise ser arqueóloga porque quería vivir al lado de los Moais en la isla de Pascua, debe ser linda la isla de pascua pensaba porque para mi la pascua era una epoca en la que siempre cantaba y habían dulces en mi casa, debe ser una isla feliz con esos hombrecitos gigantes con cara de apacibles. Se debe tener que estudiar mucho para ser arqueólogo.

- Yeye, que tienes que saber para ser arqueólogo?
- Tienes que saber mucha historia.

Y ahí empezaba de nuevo: Saber mucha historia, eso es bonito... leer mucho, eso es lindo. Si leo mucho puedo usar mi diccionario, me gsuta leer diccionarios (hasta ahora). Si eres arqueólogo encuentras cosas muy viejas pero importantes, puedes saber como era antes y entender ahora. Yo pensaba que todas las tribus del mundo se conocían de alguna forma y estaba convencida de que si miraba bien sus dibujos podía encontrar algo familiar en todo porque todo esta en todos. Vivir con los Moais, si.

También quise ser maestra de niños para enseñarles a dibujar los números como me enseñaba mi abuelita y como lo inventaba yo: un flaquito para los unos, patos en vez de números dos, medios osos para cada tres, un panzon para el cinco, un gato para el ocho... yo lo imaginaba así porque era divertido, también pensaba que podía ser profesora de la tabla del nueve para enseñarle a alguien ese truco que me enseñó la Yeye y que a ella le enseñó mi abuelo. De hecho mis ganas de enseñar eran bastante sectorizadas y con grupos objetivos bien específicos.

Quise ser cantante para tener el cabello como Daniela Romo, super heroe para ser como la mujer maravilla y dar vueltas para cambairme de ropa... Daba vueltas todo el día pero no me ligaba! Siempre pensé que me faltaba velocidad y por eso practicaba hasta caerme al piso de mareada... luego seguí sólo porque me gustaba ver que todo te da vueltas (Uf!! que divertido!! eso me gusta hasta ahorita).

Quería tener una tienda en el mercado para jugar con el arroz, pero eso no quería ser de grande, yo sólo quería jugar con el arroz.

Quería ser Jem.

Quería tener un unicornio y un arco iris para usarlode tobogan como Arcoiris Rainbow Bright.

Quería ser mamá para tener una familia grande como la de Barbapapa.

Quería viajar para perseguir a los Beatles gritando: She loves you yeah! yeah!yeah!.

Quería ser constructora para hacer casas y jugar con tierra (y también comérmela).

Quería ser cocinera para hacer sopa y mermelada.

Quería ser tantísimas cosas, hoy me acordé y reí mucho de mi razonamiento infantil.

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