lunes, 30 de noviembre de 2009

Un mensaje de mi abuelita

Ayer en la tarde mientras tomaba siesta soñé que recibía un mensaje. En parte creo que tiene que ver con que Tere me estuvo hablando el fin de semana de que quería irse a Chile en el verano y que la acompañara, la verdad no es que no se me hace del todo... mostro viajar... pero preferiía hacerlo a otros lares... bueno, supongo que me quede pensando un poco en eso. Anyway... Tere y sus ideas.

Mi sueño empezaba con mi mama en un cuarto azul con una ventana grande, el cuarto estaba iluminado y ahi veía que me estaba haciendo una cama de metal, parecia de plata, verdad no se de que era pero era plaetada y brillaba. No la hacía precisamente ella, la hacia un herrero a pedido de ella, al que veía dando vueltas alrededor con sus instrumentos. Mi mamá me decía que le estaba ajustando un seguro y que iba a estar lista antes que me vaya. Al lado de esa cama veía mi cama de madera y pensaba: Si pues... esa ya no va aser suficientemente fuerte, pero esta me parece un poco fría.

Luego de eso estaba en Chile en una casa azul, una casa que se me hacía conocida en el sueño...  de 2 pisos con techo a dos aguas, con un árbol a la izquierda. Yo entraba a las habitaciones y miraba la casa, entraba cuarto por cuarto y decía: Ah! ahi es donde paso tal cosa, alli pasó esta otra... caminaba por los pasillo y tenía algo de temor de entrar pues cada que lo hacía, sabía lo que había pasado en cada cuarto.

Había más gente que se me hacía conocida, todos hablaban pero yo no les hacía caso, mejor dicho no les hablaba, sólo miraba todo lo que había alrededor de mi.

Pasé por la sala y parecía que había una mudanza (o una llegada, no lo sé bien) luego, salía de la casa que tenía un jardín grande al frente. En la puerta de la casa encontraba a una señora que me decía:

- Tu abuelita pasó por aquí.

Yo la escuché y me extrañé un poco, más que por la frase (porque mi abuela falleció hace 3 años), por el no haber podido verla (porque en mis sueños, yo asumo que siempre voy a poder verla).

Seguía caminando por el jardín del frente como yendo a la pista, en ese momento, un auto se estacionaba frente a la casa, manejaba una señora que llevaba a dos niños (niño y niña) en la parte de atrás. La señora abría la puerta y me decía:

- Hablé con tu abuela, me ha dicho que tu puedes enseñarles... y bajaban los dos niños sonriendome.

 Yo ponía cara de extrañesa.

Ahí aparecía de nuevo la primera señora con un niño más y me decía:

-Si, tu abuela ha venido y no aha dicho que tu puedes enseñarles.

Ahi la señora del auto sacaba una carta y me decía:

- Tu abuelita te escribió esta carta, me pidió que te la entregara.

Yo la agarraba y veía el papel que se veía antiguo con la letra de mi abuelita, no se que decía la carta, el papel se veía como en sepia. Tenía el papel en mi mano y lo miraba y pensaba ¿cómo no pude verla cuando vino?

Sentía que ella estaba muy lejos, pero aún así podía sentir su precencia alrededor de mi, como cuando los olores se impregnan en una habitación y puedes decir quien estuvo allí momentos atrás.

- Ella esta lejor y aún así cuida de mi - pensé-  que pena no haber podido verla. De verdad sentí pena de no poder abrazarla.

Yo miraba a los niños y pensaba:

 ¿Y ahora qué les voy a enseñar?

En el jardín de la casa azul  había sol y los niños me sonreían.

Ahí me desperté.

No puedo sacar de mi mente: el país, la casa azul, el hecho de enseñar, los niños, el mensaje de mi abuelita, que cuando era joven, fue maestra.

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