lunes, 5 de octubre de 2009

El pino de los manzanos.


Sentados en la casa de nuestros abuelos ausentes mirabamos el pino que estaba frente al jardín de la casa: grande, gordo, áspero, mutilado y lleno de recuerdos. La casa de los manzanos, la casa que cada día parece más pequeña.



Sentados en cojines en el piso de la salita, ya no cabíamos más pero seguían llegando y nos seguíamos arrimando entre risas, ya casi no había sitio donde sentarse en esa reunión bautizada como "Macondiana".



"Ni el mejor de los autores podrá contar lo que en esta reunión se verá, porque estamos reunidos dos generaciones de los mejores actores, con las mejores historias en la mejor locación... Era una oportunidad única y el escenario era la mejor locación posible para el encuentro (la casa paterna, el lugar donde todo empezó, la raíz, la esencia de todas las historias, la casa de los Gonzales el origen de los orígenes) y no podíamos defraudar al público... muchos solicitaron asistir y adquirir los derechos para luego escribir un libro, una novela, un cuento, un libreto con adaptación libre, pero no lo aceptamos porque la dignidad no se vende, y porque no queríamos correr el riesgo que la febril imaginación de esos ilustres personajes enlode nuestro apellido... Ya tenemos bastante con “Al fondo hay sitio" jajaja" Dijo Tio Coki, el mayor de los hermanos.


Todos se reíany cantaban, ya casi no habían asientos.


- Traigamos la banca de madera de afuera, la del pino... dijo mi hermano.


Todos se rieron porque todos sin exepción se habían sentado en ese pedazo de pino que estaba en el jardín frente a la puerta, todos.


El pino fue parte de los juegos de todas las generaciones, poste de net para voley para los tios y sus veranos incansables; fuente infinita de espadas para los sobrinos que arrancabamos las ramas que podíamos alcanzar para jugar a las peleas de caballeros. ¡Cómo picaban las ramitas del pino!


- Ya no esta - dijo una de las tías- Se la llevaron cuando cortaron el pino.

- ¡Si! cortaron el pino!! - dijo la más pequeña de las asistentes- era bien bonito, porque lo cortaron?

- Ese pino tiene casi la edad de la casa - dijo Tia Rosi.

- No, menos, ese pino llegó para una navidad - Dijo Tio Coki.


No sé si lo que digo es fiel a la verdad, pero cada vez que los tios cuentan las historias de la casa además de ser graciosas e increíblemente iverosímiles, no puedo evitar pensar en la falta de cariño que había en algunas situaciones.

- Germán y yo nos lo robamos de una casa abandonada, estaba pequeño todavía y lo transplantamos aquí frente a la casa.

- ¿Se lo robaron?

- Si, porque queríamos un árbol de navidad.

Los ojos le brillaron cuando empezó a contar la historia.

- Nos metimos a una casa abandonada, lo desenterramos y nos vinimos corriendo con el pino a plantarlo. Con los niños de la quinta lo adornamos y le pusimos bolitas.

El Tio Coki hacía gestos como si de verdad estuviera decorando de nuevo el árbol.

- El pino no crecía y lo usabamos para amarrar la net de voley, hasta que un día jugando le rompimos la punta y solito empezó a crecer.

Todos se empezaron a reír, recordaron a Décimo el perro (Eran 9 hermanos... jajaja que nadie diga que la abuela lo regaló porque si no Pilar llora... se perdió, se perdió) y a Stone el conejo (que nadie diga que los vecinos lo hicieron parrillada porque si no Pilar llora... se perdió, se perdió), a los gallos que tenía el abuelo en el jardín de adentro y cómo una vez casi le sacan el ojo a mi papá por verlos por un huequito (y como lo agarraron a patadas por niño torpe... Harto cariño!)


Se rieron por las veces que se tiraron unos a otros del segundo piso, por la puerta falsa a la que nunca le pusieron llave, por la roja que vendía un tío y mi tia que la vendió para irse a Cuzco despues de asistir a "La academia del contribuyente".

Nos sampamos varios piscos, nos reímos más al recordar que la ahora salita alguna vez fue el cuarto de los abuelos y cómo un sólo pedazo de parquet levantado rechinaba... que rechinaba como cuando los abuelos tiraban.... jajajajaja. Tomate un pisco más para bajar esa información... jajaja.


Escuchas las historias de los padres, ves a los hijos y todo tiene sentido. Totalmente locura Gonzales.

Ahora, todos los hijos, primos y nietos veíamso desde la salita el tronco del pino regordete y mutilado que alguna vez hizo felices las navidades de nuestros padres, que nos dió juguetes que con imaginación contaban historias, que vió como todos se pelearon alguna vez y que ahora juntos todos, ya como 50 años despues, miramos todos siendo adultos, mientras escuchabamos a mi papa diciendo: "Un árbol será sólido tanto como lo sea su fundamento; para las personas sólo hay un fundamento real y duradero : EL AMOR".
Todos le creemos.

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