martes, 13 de octubre de 2009

Antes de irme III

El segundo suceso fue que el se iba.

La mala racha empezó alrededor del amor, Sergio Emilio iba a seguir una maestría y las cosas no me quedaban claras del todo y hasta ya no las recuerdo bien. El me lo dijo primero muy superficialmente y yo le conteste de la misma forma:

- Voy a entender si no quieres seguir conmigo, me dijo.
- Yo quiero estar contigo, faltan tantos meses... se me hace que es algo que deberíamos pensar despues y cuando tengas algo claro, le contesté.

Y seguimos.

Se que tenía opciones, pero no estaba seguro de cual iba a ser la que tomaría... o algo así, como dije antes es algo que a mi no me quedaba del todo claro y me costaba un mundo preguntar, pero las cosas eran simples: una lo mantendría cerca de mi y la otra haría que todo termine.

Un día me preguntó:

- ¿Tu crees que debo irme?¿qué crees que debo hacer?.


En esos momentos el instinto de supervivencia, el egoísmo o lo que sea que se active en el cerebro me decía: ¡Dile que se quede! ¡Dile que se quede!. En contra de cualquier instinto de conservación y supervivencia, en contra de lo que yo quería y creo que incluso en contra de mi propio bienestar le pregunté:

- ¿que es lo que tu crees que tienes que hacer?
- Irme.
- Entonces eso es lo que tienes que hacer.

Por mientras las lágrimas se me pasaban por la garganta, sentí un dolor en la cabeza y en el pecho, un dolor tan grande que no me dejaba respirar, que me golpeaba el cerebro como diciéndome ¿Acaso eres estúpida? ¡Bong! Estúpida! ¡Bong! ¿Por qué no lo convences? ¡Bong! Estúpida. En ese moemto me preguntó:

- ¿Pero tu que quieres?
- Que te quedes.
- ¿Y eso no te parece un poco egoísta?
- Tu me has preguntado que es lo que quiero y yo te quiero conmigo, ahora lo que tienes que hacer es una cosa muy distinta.

Para mi, el "Que hacer" era su decisión personal, sólo él podría decidir el nivel de importacia que podía tener o no en su vida.



El bajó los ojos y se volteó a la computadora, yo cambiaba de canales la tele mientras me tragaba las lágrimas porque no sabía que hacer, porque me daba cuenta que ahí había una disonancia que no sabía (o sabíamos) como resolver o si quiera manejar. Claro que quería que se quede conmigo y ante su respuesta me di cuenta que me estaba probando, recuerdo su cara y un silencio grandísimo, como si el espacio se hubiese quedado vacío.

El iba a irse, eso era un hecho y yo no sabía que hacer al respecto, yo sólo sabía que queria estar con él. Quería llorar, pero me aguanté muchísimo rato antes de hacerlo, respiraba y pensaba ¡tranquila!, espera un momento, mientras sentía ese nudo en la garganta que me hacía zumbar los oídos.

Ahí empezó a volverse amor triste, nunca deje de amarlo, pero ya me había cubierto de una tristeza que no me dejó volver a tener bisos de la Valeria alegre que era, que alguna vez fui, creo que ni si quiera se si el conoció a esa mujer alguna vez, es una pena pensar en que nunca me conoció de esa forma.

Sólo tenía ganas de abrazarlo mucho, de olerlo y mirarlo hasta el cansancio, como si eso fuese a guardarlo para siempre conmigo. Yo sólo quería amarlo.

No se como decirlo, no sé si quiera si sea la frase correcta, pero recuerdo eso y para mi fue como si me hubiesen dicho “Va a morir pronto, háganlo feliz” . Creo que la única que se sentía morir era yo. Me entró una sensación de duelo que no pude entender hasta mucho, muchísimo después.

¿Es justo esto?¿Me merezco esto de verdad? fueron las 2 primeras cosas que me pregunté una vez que estuve sola y conciente de que eso iba a suceder en realidad y no pensando en un reclamo hacia él si no a la vida; pero no tenía tiempo, debía decidir pronto lo que iba a hacer, así que en bruto me planteé las 2 opciones:

UNO: Terminar, llorar mucho, no darle ni un poquito más de mi cariño a ese buen hombre que iba a dejarme pronto, volverme loca pensando en que iba a estar cerca de mi varios meses más, que iba a querer verlo y no saber que hacer.

DOS: Seguir juntos hasta el último día, amarlo lo más que pueda, lo mejor que pueda, como pueda, mientras pueda.

Cualquiera de las dos implicaba el bendito tiempo, terminar súbitamente, dar un hachazo a todo, no intentar más nada, olvidarme si es posible de que ese señor existió alguna vez en mi vida y la otra, amarlo rápido, amar lo poco que pudimos compartir, amarlo como era, sólo amarlo, hacerlo sin pensar, tan sólo hacerlo.

Era tanto el tiempo que había pasado desde aquella corazonada del día que lo conocí, que no podía dejar de pensar que esperé tanto y sólo me dieron un poquito; ¡No me importa! Si eso es lo que tengo entonces no voy a perderlo, si lo único que voy a tener con él son unos meses, que más da, peor es pensar que la vida nunca te dio nada. Yo tenía unos meses e iba a usarlos lo mejor que pueda.

(¿Lo habré hecho bien con tanta amargura en el corazón?)


Alguna vez me preguntó si es que yo no tenia familia en donde se iba a ir, si no tenia algún familiar cercano que fuera de la comunidad europea con quien pudiera hablar para ver alguna posibilidad...pero no... en realidad no tengo ninguno.... ¿Algún familiar que te pueda ayudar? None... Las cuestiones familiares en mi vida siempre han sido complicadas y nunca he podido contar con nadie que no sea mi madre... y ella no contaba con ninguna de las opciones. Nos quedamos callados, no hablamos más del tema.

Un tiempo despues le planteé hacer el intento de seguir a distancia, hacer el intento de que las cosas caminen de alguna forma, le dije que yo podría ahorrar e irlo a ver o tal vez el alguna vez podría venir, le dije que tal vez podría alcanzarlo y pasar algún tiempo con él; El me contestó que el no estaba listo para convivir con nadie, yo le dije que eso no era lo que yo le estaba diciendo, el me dijo que el no podía hacer que yo parara mi vida por él, yo no creía que era así... por lo menos no para mi y en ese momento ni se me paso por la cabeza de que en realidad el lo decía por él.

No quise seguir peleando y me quede callada a pesar de que yo tenía un millón de ideas, me quede callada porque me sentí sola, remando contra la corriente sola.

Una noche en su casa empezamos a hablar de nuevo del tema y me dijo que el no quería dejarme, pero era lo que tenía que hacer porque era el plan que el tenía para su vida, un plan que el tenía mucho antes de conocerme. Yo me sentí un problema.

¿Porque soy yo siempre el que se tiene que ir? ¡No es justo! Soy yo el que siempre se tiene que despedir y separar de la gente que quiero, Dijo.
Yo lo abrazaba y lloraba tanto, tanto, tanto, tantísimo.
Yo busqué, busque en Latinoamerica porque es mas cerca pero no hay lo que quiero y donde me voy es muy lejos, volvió a decir.
¿Que podía hacer yo para cambiar eso? ¿Que podía hacer para que eso no lo hiciera sufrir? Ni si quiera yo sabía como hacer con toda la pena que sentía dentro.
Nos dijimos un montón de cosas más, yo le volví a decir que yo creía que podíamos encontrar la forma de hacer posibles las cosas, el me dijo que era muy dificil, que el no creía que era posible, que las distancias sólo causaban mal entendidos, que ra muy dificil.
Teminamos.
Yo lloré ininterrumpidamente toda la madrugada, pensaba que así mas o menos debía sentirse la miseria.
Al otro día con las ideas más en su sitio quise hablar de nuevo con él, el me dijo que el creía que era mejor no hacerlo, que era mejor así, que el se iba pronto y que necesitaba tiempo para recuperarse, para poner sus ideas en orden antes de empezar sus planes.
Yo sentí que lo nuestro le valió mierda.
Al no poder verlo le escribí un mail que en resumen decía basicamente lo mismo, pero en palabras probablemente menos ofensivas. Yo no se si estuvo bien eso, pero era lo que tenía ganas de decir, a veces pienso que las cosas que le dije no respetaban su necesidad de cerrar sus historias antes de irse, a veces creo que mi actitud fue egoísta, pero tambien creo que lo que él hizo antes de toda la terminada no fue para nada respetuoso de su parte. Así que ¡a la mierda!... se lo puse por escrito.
El me llamó varias veces, yo no le contesté, me siguió llamando hasta que lo hice, hablamos de nuevo, regresamos de nuevo diciendonos que si era el tiempo que teníamos, entonces ibamos a usarlo.
Si, lo que YO quería... pero sinceramente creo que estuvo terriblemente mal enfocado. (Pero todo lo que pasa conviene dicen)

Un día ya cercano a su partida mientras íbamos camino a mi casa me preguntó si yo daría la vida por el. Luego de 3 millones de ideas más en escasos 4 segundos le contesté:


- Si me preguntas eso para saber que voy a hacer, no te preocupes, voy a estar bien, voy a estar triste un tiempo, pero al final, voy a estar bien.
- Yo no te he preguntado eso, te pregunté si tu darías la vida por mi.

¡Qué pregunta tan estúpida! ¿es que no me había visto?¿No me había escuchado? Empecé a tener un millón de ideas: ¿Me esta preguntando esto para saber si vale la pena?¿Necesita saber eso para convencerse de si valgo la pena o no? ¿No se ha dado cuenta de que ya le he dicho que yo creo que vale la pena hacer el intento? ¿Qué parte de eso no ha entendido? Me dió IRA. Hasta que le conteste:

- No.

Le dije un par de palabras más que ya no recuerdo, seguramente algo para amortiguar ese rotundo monosílabo. Yo nunca ofresco nada que no este segura de poder cumplir, porque han hecho eso conmigo tantas veces que siemplemente me parece terriblemente ofensivo decir algo y no cumplirlo; pero yo le había dicho que yo estaba dispuesta a buscar la forma de hacer que las cosas juntos caminaran. Pensé que era una estupides que me haya hecho esa pregunta, yo quería compartir mi vida , hacerlo parte de lo único mío en mi existencia: Mi vida, mi amor y mi alegría era para compartirla y hacerla crecer, ¿Eso no es dar tu vida?. Que él no quisiera compartir lo suyo conmigo y buscarse alguna excusa que apañara en algo su falta de fe en nosotros era una cosa muy distinta...

Tal vez haber pensado eso estuvo mal, pero eso era lo que yo sentí en ese momento


Creo que la inexperiencia era algo más grande que nosotros, creo que no supimos manejar lo que pasaba e inevitablemente habian muchas cosas que ambos teníamos planeados de forma personal, creo que tampoco supimos buscar la forma de hacerlo juntos.


A veces creo que debería ser mas mala mujer, mas astuta, menos buena, menos condecendiente, me gustaría aprender a ser más hija de puta... pero es algo que me molesta; simplemente no esta en mi manipular las cosas a mi antojo por algo muy simple: A mi nadie me va a venir a decir que hizo algo porque yo quería que lo haga. NADIE.


Creo que mi visión en el tiempo no ha cambiado, tal vez antes lo que pensaba lo sentía como algo muy tierno, como algo que realmente me nacía del corazón y yo quería regalarselo así enterito. Ahora sigo sintiendo lo mismo, ahora me siento más segura de que eso era lo que yo quería hacer (y hago y muy seguramente continuare haciendo) y no sólo por esa sensación tibia en el corazón si no porque para mi ES LO CORRECTO. Para mi valía la pena, lo que yo sentía por él valía la pena. Pero simplemente yo no sabía que debia hacer.



Si hay algo que a mi me gustaba de él era su desición para hacer las cosas y aunque me me hiciera preguntas acerca de la desición que debía tomar, yo sabía que él ya las había tomado; a veces pienso (Y hasta yo creo que es un pensamiento cursi) que encontrarme y tenerme en su vida por unos momentos le hizo dudar, algún cariño me debió tener... pero en mi experiencia las personas escogen lo que es más importante para su futuro.

Pero no todo era tristeza, Sergio ha sido una de las personas que me ha hecho más feliz en la vida, tenía una ternura, dedicación y paciencia que yo no he vuelto a encontrar en otra persona; por lo menos no en una a la que tenga ganas de hacerle el amor a tiempo completo. Sería una injusticia no reconocer todo lo bueno que trajo a mi vida.

Pero eso es historia de otro post más alegre.

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