jueves, 10 de septiembre de 2009

Lo que me dijeron hoy

Hoy vino el Jefe de mantenimiento de mi trabajo y me dijo algo muy bonito.

Antes de contar lo que me dijo, debo confesar con verguenza que lo odio... jajaja... bueno... nunca tanto, solo un poquito.

Este señor es el tipico tipo del que me paro burlando: actitud de gilero, pose de galán de cantina, chusco chusco chusco y siempre queriendose dar de gran conocedor de la varietté cultural y gastronómica mundial... ¡Y da unos ejemplos dignos de tres patines! Cada vez que se inventa uno yo me tengo que morder la lengua para no burlarme porque de verdad tiene su papel bien interiorizado.

NADA QUE VER PUES.

Siempre llega a mi oficina a hacerme preguntas idiotas, como por ejemplo:

- ¿Valeria esta el jefe?
- No, ha salido, puedes ubicarlo en su nextel.
- ¿dónde esta?¿En la planta?
- No.
- ¿Con quien esta?
- Tenía una cita fuera.
- ¿Y porque?

(Que te importaaa!)

- ¿Por qué qué?
- ¿Porque se ha ido?
- Porque tenía una cita fuera.
- ¿Y a que hora regresa?
- Ya no regresa, por eso te digo que si es urgente lo ubiques en su nextel.
- ¿Quién le ha dado permiso?

(¿¿¿:S???)

- No sé, pero puedes preguntárselo cuando regrese.
- Jajaja... esa Valeria... Chau, chau.

En ese mismo estilo unas 4 veces por semana... y tiene momentos realmente memorables, como cuando se sentó en la cafetería a decir que el pene de los animales era un platillo gourmet en algunos países... claro, puede que algo de cierto haya ¡pero no se lo comentas a la señora de 50 años que trabaja contigo mientras se come su vainita! ¡No pues!

El pobre señor es un taba;no es malo pero es desatinado como él sólo (jajajaja), pero que sea un poco taba no me da derecho a tratarlo mal pues ¿no? Así que sólo le contesto con otras preguntas para ver si piensa un poquito más o si estoy muy apurada le pregunto de frente que necesita porque no tengo tiempo.

Pero bueno, yo me fui de vacaciones 3 semanas y se quedó cubriéndome la asistente de RRHH.

Hoy vino este señor y me dijo:
- Que bueno que ya regresaste.
- ¡Gracias!
- Se te extrañó
- ¿Ah si no? Seguro porque ya no había a quien pedirle favores ¿no?
- No, porque tu siempre sonries y recibes a todos cuando llegan.
-¡Gracias! que bonito comentario de verdad...
- Este puesto te queda mejor a ti.
- ¿Y eso por qué?

Yo ya la estaba tomando recontra mal y ni se porque... pura predisposición de hecho... me contestó:

- Porque tu eres más humilde... y eres más amable.

Hizo un gesto de sonrisa y movió la cabeza como diciendo Si.

- ¡Gracias señor! ¡Qué amable su comentario tambien!

Se fue de mi oficina y ¡Ay chispas! ¡Me sentí lornaza! Me pareció un comentario tan bonito que me sentí mal de burlarme.

Me ha hecho darle vueltas a la situación, cómo a veces las personas no medimos nuestras palabras y tratamos mal a los demás, tal vez sin querer, tal vez diciendo cosas que a nosotros no nos hacen sentir ofendidos, pero no todos sentimos igual.

Me puso contenta saber que una persona en el sitio en el que trabajo me dijera que soy humilde, amable y que siempre sonrio; me gusta pensarme así, siempre trato de ser amable porque todas las personas se merecen un gesto de alegría.

A veces esas pequeñeces son el único brillito que le llega a una persona en el día, a mi no me cuesta nada y para algunos es una diferencia.

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