lunes, 7 de septiembre de 2009

Corintios 13

Mi prima me pidió que en su matrimonio leyera una de las lecturas de la ceremonia, yo por supuesto acepté con la sonrisa más grande.



Claro, a la hora de la hora recordé que tenía que leerla en inglés, jajaja... me sentí como cuando estaba en el colegio... jajajaja.



La lectura era Corintios 13, la he escuchado un millón de veces mientras crecía, pero en el tiempo había olvidado que era tan bonita. Probablemente por lecturas así es que creo en lo que creo.



No es que sea de la patrulla de "Vamos a alabar al señor con panderos y cantos", pero me hace feliz y me da tranquilidad saber que creo en algo que siento en mi cuerpo todos los días, no le pondría ni si quiera un nombre, no lo necesito, simplemente creo que somos parte de algo más grande.



Creo que eso más grande se entiende más claramente cuando amas algo, entiendes que aunque no tenga sentido o no lo veas simplemente ese amor o ese "algo" existe porque lo sientes pasar por tu cuerpo... en los labios, en el corazón, en las manos...



El amor se ve en el cuerpo, en las miradas, en los gestos, incluso en los que tratamos de ocultar. Se nota... simplemente se ve cuando uno realmente quiere darse cuenta.



Por eso me ha hecho tan feliz haber leído en la ceremonia, porque leer algo en lo que crees y poder verlo reflejado en las miradas de las personas que amas es simplemente una alegría inexplicable.



Siento que he tenido por un instante uno de esos momentos en que te sabes parte de algo infinito, en el que puedes reconocer el amor en las otras personas, verlo vibrar de emoción, sentirlo con fuerza y no como algo ajeno, si no como algo que corre y crece entre todo.



Personas enamoradas y palabras de amor, las palabras que me tocaba decir han sido como un conjuro que invocaba a esa parte infinita que tenemos dentro.



Las comparto esperando que lleguen a los ojos de aquel que las necesite y deseo con mucha fuerza que quien las lea pueda sentir la misma fuerza que sentí yo el lindo día de la boda de mi prima.



Corintios 13




1 Si hablo las lenguasa de los hombres, y aun las de los ángeles, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que retiñe.



2 Y si tengo el don de profecía, y entiendo los designios secretos de Dios, y sé todas las cosas; y si tengo la fe necesaria para mover montañas,b pero no tengo amor, no soy nada.



3 Y si reparto entre los pobres cuanto poseo, y aun si entrego mi cuerpo para tener de qué enorgullecerme, pero no tengo amor, de nada me sirve.


4 Tener amor es saber soportar, ser bondadoso; es no tener envidia, no ser presumido, orgulloso,



5 grosero o egoísta;e es no enojarse ni guardar rencor; 6 es no alegrarse de las injusticias, sino de la verdad.



7 Tener amor es sufrirlo todo, creerlo todo, soportarlo todo.


8 El amor nunca dejará de ser. Un día cesarán las profecías, y no se hablará más en lenguas ni será necesaria la ciencia.



9 Porque la ciencia y la profecía son imperfectas 10 y tocarán a su fin cuando venga lo que es perfecto.


11 Cuando yo era niño, hablaba, pensaba y razonaba como un niño; pero al hacerme hombre dejé atrás lo que era propio de un niño.



12 Ahora vemos de manera borrosa, como en un espejo; pero un día lo veremos todo como es en realidad. Mi conocimiento es ahora imperfecto, pero un día lo conoceré todo del mismo modo que Dios me conoce a mí.



13 Hay tres cosas que permanecen: la fe, la esperanza y el amor; pero la más importante es el amor.







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