lunes, 28 de marzo de 2011

Vooolaaareeee oooh!!! Cantareeee OOh!!!



Hoy empiezo a hacer entrenamiento vocal... Estoy emocionada!!!!!!!!!! Primero porque el entrenamiento es personal, es decir, me entrenarán sólo a mi y eso me recontra afana; segundo porque es algo que he tenido pospuesto por millones de años (de deseo mental... jajaja los años comunes a veces se me multiplican en sensación) y tercero porque mi profe es una SUPER CAPA!.

Saben, cuando uno entrena la voz va encontrando las otras voces propias, las de cuando eras niño o de cuando eras adolescente o la que tenías hace un buen de años. Pero también encuentras las que tu memoria corporal ha guardado, las de tus padres o tíos, las de personas que has amado o mirado con admiración, las de personas que seguro no recordaras hasta que no las escuchas salir de tu cuerpo.

Se que debe leerse un tanto surrealista, pero en verdad sucede, es un trabajo movilizador... tal vez un poco atemorizante también. El entrenamiento vocal que yo he tenido en la vida ha sido en su mayoría grupal y eso es más o menos como 15 minutos personales a la semana durante un año... la diferencía del entrenamiento es grande.

Cuándo tenía 12 seguí entrenamiento en canto durante 5 o 6 meses, yo esperaba esos Lunes con muchísimas ansias... "Canto individual" le decían en mi colegio... ese taller se abrió y nadie más que yo se inscribió (No es eso raro??); extrañamente el taller no se cerró... la Miss María Luisa se quedaba conmigo todas las tardes del los lunes conmigo.

En una de las clases, me dijo que iba a cantar en los Juegos Florales y que entrenar más horas. Yo estuve más que contenta, me arreglé un día más de taller dentro de mi semana llena de días de danza y empecé a practicar para poder competir en Setiembre.

Sin embargo, en Agosto me jalaron en matematica y mamá decidió que no iba a ir más a cantar o competir porque estaba castigada. Traté de persuadir a mi madre del castigo con todo lo que se me ocurrió, pero parecía que no se conmovía con nada, ni si quiera con el hecho de que me había estado entrenando meses para competir y que eso era importante para mi; su contestación fue "La próxima vez no jalarás nada". Yo me quería morir de la pena, de la vergüenza. No estudié un pincho de putísima matematica y seguí jalada hasta el fin de año.

En verdad nunca entendí porque me quitaban cosas que yo realmente quería y hacía bien cuando no me iba tan bien en las clases... para mi no tenía sentido... siendo sinceros, a mi las cuestiones academicas no me entusiasmaban mucho... me quedaba claro que era algo importante, pero era algo que tenía que hacer sola, hacer preguntas en casa acerca de clases y que te contesten "Revisa tu libro" me parecía de lo más idiota (si preguntaba era porque no lo había entendido ni del profesor ni del libro, no era que sea tan tonta), entonces me llegaba repasar. Para la danza y el canto era diferente, yo preguntaba y alguien se tomaba el tiempo de hacer una repetición conmigo, entonces, yo tenía la disposición de tomarme el tiempo para ensayar, era un compromiso implícito, una cuestión de reciprocidad, por lo menos, yo lo sentía así.  

Pero sobre todo, me costó muchísimo comerme la vergüenza de decirle a la Miss María Luisa que no iba a competir a pesar de haber estado practicando meses, a pesar de que la competencia era el mes siguiente. La Miss trató de hablar con mi mamá, pero ella nunca le contestó las notas. Despues de eso me miraba con con cierta pena... por un tiempo con resentimiento, despues de unos días  me sonreía igual, tal vez era idea mía, que sentía de había defraudado a alguien que había puesto mucha dedicación en mi, sentí que mis esfuerzos habían sido en vano.

Sentí como si un agujero negro se hubiera instaurado en mi garganta tragándose montones de mis palabras, sentí que lo que yo tenía para decir no era importante, sentí que mi voz se escondió, aplastó en mis cuerdas vocales.

He cantado varias veces más despues de eso, sólo que siempre que lo hago siento esta cosa rara en la garganta cuando alguien me mira... y a mi me gusta mucho cantar, quisiera que mi garganta no recordara esa sensación de niñez cuando canto para alguien. Me gusta cuando me doy cuenta que mi voz se ha liberado, aunque sea por unos minutos.  Siento que la voz de mi mente se desfazó un poco de mi voz sonora despues de ese episodio.

Por otro lado, la matematica y yo tuvimos una desconexión terrible hasta que casi me botan de la universidad por jalar Matematica I; tuve suerte con el profesor de mi última oportunidad, se tomó una clase entera para explicar las conexiones de la matemarica con el mundo en un gráfico bastante exitoso; lo miraba y pensaba ¡Claro! ¡Ahora todo tiene sentido!... Y en verdad ese era el problema entre la matematica y yo, para mi no tenía una conexión con el mundo físico...  me es curioso pensarlo, de alguna forma era parte de lo que me había desconectado de MI mundo.

Desconectarme de mi hace que también me desconecte de otros.

Y hablando de otros... El otro día tuve un sueño bonito, soñé que me casaba (o algo así... jajaja digamos que una construcción parecida) y cantaba, cantaba fuerte; con mi tío Germán en la percusión y Manolo en los teclados, le cantaba a alguien con mi vestido casi blanco. Al despertar pensé que seguramente sería así, porque si me caso y además canto, seguramente sería porque siento que mi voz es acogida en todo su registro y muy seguramente porque habría encontrado alguien con disposición de hacer las repeticiones de la vida conmigo, ciertamente eso requeriría de mucho compromiso y muchos lenguajes.

Reconectarme con mis otros lenguajes es un poco lo que siempre me ha ayudado a entender muchas otras cosas, a sobre llevar muchas otras. Uno podría pensar que entrenar para cantar  tiene sólo que ver con el hecho de emitir un sonido armónico, pero si de verdad exploras por ahí, te darás cuenta que tiene que ver con conocer el cuerpo y sus posibilidades, con saber hacía donde llevarás tu aire, a comprometerte a cuidarlo y escucharlo para que luego este pueda encontrar y hacer un enganche  que permita manejarte mejor en un tiempo "extracotidiano". No se trata sólo de emitir sonido, si no de encontrar una forma de conocer tus recursos en un situación que requiere de mucha atención y energía.

El cuerpo es amable y sabe responder cuando te has dado el tiempo de explorarlo y escucharlo, a veces la memoria se va, pero el cuerpo no olvida, creo que hay una belleza inmensa en eso.


Hoy me he levantado haciendo ruiditos bastante floridos, es que estoy muy contenta. Me he levantado con alegría pensando en que mis próximos Lunes levantarán muchos de mis recuerdos y me dejarán unos nuevos.

He caminado a mi trabajo haciendo ruido de delfín terrestre (jajaja) y la gente me ha saludado mucho por la calle. Es que he estado muy sonriente. 

Me voy de la oficina, con mucha ternura y con muchas ganas. El amor por mis días me hace sentir una sonrisa nueva.

Y cuando mis días y mis noches estan así me alegro de no haber escuchado a los que me dijeron que esto que quiero hacer era sólo un hobbie y que no se podía vivir así, de no haber escuchado a los que me dijeron que mejor estudiara algo relacionado con lo que trabajaba porque finalmente era algo que hacía bien. Me alegro de no haber hecho caso.

Me alegro de haber escuchado a mi Marita diciendo "Yo tengo fe en ti, yo creo que vas a llegar" cuando yo decía que tal vez perdía el tiempo, "Yo no se cómo, pero vamos a poder" me decía.

Camino y sonrío porque siento que me estoy construyendo de una forma que me causa júbilo y creo que ese es el camino al que quiero dedicar mi vida.

Así que cantaré.


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