miércoles, 2 de junio de 2010

Adoptados

Hace un par de semanas fue cumpleaños de mi mamá y hermano... si, cumplen años el mismo día y en verdad no pueden ser más parecidos... aunque quieran negarlo.

Mi hermano nos invitó a comer a un restaurant criollo y también invitó a dos de sus amigos de colegio, lo curioso fue que ellos llegaron con sus respectivas familias.

Al llegar al restaurant, yo me senté al lado derecho de mi hermano y frente a mi mamá, a la izquierda de Paco estaban la familia de Carlo y la Familia de Ronald; a nuestra derecha se ubicó mi tía y mi primo.

Las familias de los amigos de mi hermano hablaban y bromeaban con él, todos hacían bromas como si mi hermano fuese un hijo más. Mi hermano Paco vive en casa de uno de sus amigos de colegio y comparte mucho tiempo con la familia de Carlo. Ese día era más que obvio que mi hermano era parte de esa familia.

Mi mamá miraba calladita, se reía, no sabía que decir... por momentos se le veía tan infantil... a veces hasta indefenza, como si estuviera fuera de lugar dentro de tanta alegría y holgura, como si no supiera comportarse en un ámbito en el nadie se este quejando.

Como dije antes, estábamos en un restaurant criollo, así que al rato empezó el show y todos empezaron a cantar, mi mamá empezó a seguir la voz con una canción bien triste y Paco y yo empezamos a molestarla, guiados por la dinámica que había entre las familias adoptivas, mi hermano y yo (que nos molestamos siempre).

Mi mamá volteó y tenía los ojos llenos de lágrimas como gatito de Shrek; Paco y yo nos miramos y no supimos que hacer más que quedarnos callados, ella sonrió e hizo un ademán como si no pasara nada.

Era el cumpleaños de mi mamá también, pero ella tenía una cara de pena.... miraba a Paco y los papás de sus amigos, no decía nada, me miraba a mi, se quedaba calladita.

Mi tia que estaba también, tampoco no habló mucho, pero ella  tomo las cosas de manera diferente, ella siempre estuvo calladita mirándolo todo, pero salió un momento y compró chocolates para todos; todo mundo le agradeció y ella les sonrió a todos. Aunque bueno, mi tia siempre habla muy poquito en las reuniones, sólo si te acercas te puede contar historias maravillosas.

Al centro de la mesa, estabamos Paco, mi mamá, Aaron y yo,  pero era tan raro... parecia que hacia nuestra izquierda el mundo tenia lazos y vínculos abiertos y florecientes y por el lado derecho habían lazos silenciosos y un poco grises.

Me sentí dividida.

Me sentí así porque al ver la mesa pude reconocer que yo también tengo mis propias familias adoptivas, he sido adoptada por tantas familias en tantas etapas de mi vida, la familia de Flor todos los lunes en que iba a comer con ella para no comer sola en mi casa, la mamá de Joana cuando tenía edad para que me hablaran de anticonceptivos y procesos femeninos, la mamá de Mónica cuando mi primer novio rompió mi novel corazón, la familia de Leslie en mi adolescencia, la familia de Denisse que confiaba en mi más que mi familia misma,  la familia de Carla A. que me recibe como si yo fuera una hermana más, la familia de John que me incluye como si fuera un familiar más, la familia de Sergio que me acogió tan bonito, la familia de Vero cuando necesité un espacio de transición, la familia de Marita en miles de etapas, la familia deTere cuando quise irme lejos... ¡he tenido tantas familias! No se si sentirme con mucha suerte por haber recibido de cada una algo que necesitaba o muy desdichada por no haber tenido un lugar al cual llamar hogar y regresar a descansar.

De alguna forma me siento como refugiada de guerra, sin un lugar en el mundo para mi. Creo que para mi hermano ha sido igual, siempre hemos sido compañeros en ese sentido, en muchos sentidos.

Me sentí así porque también recuerdo las veces en que mi hermano llorando me a abrazado y me ha dicho ¿por que nos hace esto?... Yo no sé... no lo sé... le contestaba de vuelta. Sentía que el y yo no eramos suficientes para contenernos el uno al otro, tal vez para algunas cosas, pero no para todas las cosas de la vida. Pero las veces en que nosotros no hemos sabido que hacer mas que sentarnos a llorar también han sido demasiadas, llanto, eso recuerdo... no por sentirnos incapaces, si no porque nadie iba a guiarnos en el camino y nos sentiamos sólos; creo que por eso Paco siempre me repite: "Una pena entre dos es menos atroz preciosa".

Creo que he sido afortunada de tener un hermano como el que tengo, es sinceramente un regalo.

Mi papi me dijo el otro día: "Paco y tu son chicos extraordinarios, antes yo pensaba que era todo gracias a la crianza de tu mamá, mis ojos de amor me hacían verlo todo como obra de su mamá, pero ahora que las cosas cambiaron y ustedes crecieron me doy cuenta que no tiene nada que ver con ella, ustedes son así porque han venido al mundo así, tienen algo especial, con las cosas que a ustedes les ha pasado bien podrían ser algo totalmente distinto, ustedes han caminado casi todo el tiempo solitos, hay algo en ustedes que los hace así, yo creo que tiene que ver con su escencia, yo quisiera poder ayudarlos más". Mi papi siempre me sorprende con sus palabras, me gusta pensar que yo he aprendido algo de eso también: pero nuevamente...el también es parte de las familias que nosotros encontramos en el camino.

Las veces en que hemos sido sólo los dos han sido demasiadas, en los apagones de los 80's sentados en el balcón con nuestras frazadas... porque hacía frío... porque mi mamá no llegaba, estabamos solos y teníamos miedo a la oscuridad (que no era del cuarto, si no de la ciudad completa con sirenas de policias y ambulancias que pasaban a tender los bombazos que se escuchaban cada noche); las veces que me pasaba a su cama porque tenía pesadillas con duendes y fantasmas negros; las veces que nos metíamos debajo de la frazada para ver películas de Freddy Krugger; las veces que yo tenía que idear algo para que él no llorara, para que no lo regañaran... 

¿Te acuerdas que la luna llena siempre estaba frente a nosotros en el balcón, encima de los cerros? Cuando contabamos los carros y me hacías trampas con palabras para ganar el juego... Me dijo el otro día; jajaja.... me gusta que mi hermano recuerde las cosas en imágenes así como yo, aunque el es distinto a mi siento que habla mi lenguaje.

Los dos siempre necesitamos alguien que nos contuviera, creo que los dos no eramos suficientes el uno para el otro... cada uno fue a la búsqueda por su lado y hubieron familias que nos recibieron en diferentes etapas.

Creo que mi mamá veía eso y no sabía que hacer, el gesto que tiene para cuando quiere mantener la ecuanimidad es inconfundible y sólo lo hace cuando sabe que ha fallado en algo y no quiere admitirlo. 

Paco y yo habíamos tenido nuestra mini reunión entregadora de regalos en mi casa la noche anterior, él y mi mamá tuvieron su reunión la noche anterior, yo no fui porque no me gusta verlos tomar, en verdad creo que me auto excluyo en esos momentos. Pero en fín... ya despues tendría yo lo mio con mi mamá.

Al terminar el almuerzo Paco se quedó arreglando las cuenta y me encargó llevar a mi mamá a su casa para que él nos alcanzara despues.

Despues de un rato en la casa de mi mamá nos echamos en su cama a conversar y ella empezó a decirme: "Que pena que no vengas" me dijo mi mamita... "que pena que no vengas"... me dijo con voz de niñita... Todavia me muero del dolor.... si supiera mi mamita que no voy porque así me siento más tranquila, no porque no la quiera, si no porque sólo así puedo recobrar energías... cada vez que la veo siento como si me drenara, como si me dejara exahusta; siento que debo ser tolerante en demasiados niveles, porque no encuentro en ella un lugar donde sentirme segura.

Yo quisiera llevarme mejor con ella, pero eso es lo que ella misma ha sembrado; nosotros hemos sido "adoptados" por muchas familias con las que ahora compartirmos nuestro tiempo y nuestra vida, ella se pone triste y se le nota en los ojos... pero siento que es porque se ha dado cuenta que es lo que ella ha hecho.

A mi me da mucha pena que me diga eso, pero me da más pena cuando me dice cosas horribles, hace que me pregunte porque es que invierto mi tiempo, mis ganas y mi amor en una persona que sólo me responde con malos tratos.

También recuerdo que ella fue tan joven al tenernos, no sabía que hacer, creo que nadie le enseñó tampoco... A veces pienso que eso duro es lo único que ha aprendido a dar... A veces recuerdo que eso es mentira, a veces me pregunto porque es que si yo puedo entender esto ella no lo hace.

¿Cuál es la diferencia entre ella y nosotros? ¿Será que nosotros nos dejamos adoptar por buenos corazones y ella escogió mal los suyos?

Lo único que puedo identificar en todos, es una terrible sensación de abandono. Yo no quisiera darle eso a mis hijos.

Sin embargo, Paco y yo tenemos la suerte de haber sido adoptados y acogidos, tal vez ese sea el motor de nuestro cambio.

No hay comentarios.: