miércoles, 31 de agosto de 2011

Entonces...

Releerme me ha traído una aflicción gigantesca. No sólo ha sido eso, no... he reído... mucho muchísimo... pero también he hecho un reconocimiento de eventos y palabras que siento que aún siento y a la vez no.

Que siento que siento o siento que tal vez no siento, siento... pero no igual... ¡Y que vaina esto de verse a uno mismo con sinceridad!

Y es que de repente hacer un nuevo reconocimiento (o nuevo inventario) de sentimientos para sucesos pasados ha hecho que vea cosas que me duelen, pero es extraño, es un dolor que no duele, si no que sana. Creo que antes no estaba preparada para verme y decirme las cosas que ahora me digo.

De repente siento la necesidad de hacer espacio, de circular, de colorearme de otra forma. Mientras lo hago veo que tengo tanto espacio para otras cosas y eso también me asusta un poco, porque ahora que ando con esta idea de verme un poco como ex-cachibachera creo que es importante pensar en qué voy a poner en mi espacio kitsch. Preparar los espacios, los espacios en que uno recibe lo nuevo deberían tener cierta calidad de altar.

Me miro y miro mis momentos en inminente desalojo, me duelen todavía y creo que por eso busco una forma de darles la oportunidad de recrearse, porque cada que podemos encontrar algún nuevo significado ellos se liberan... y yo también.

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