viernes, 25 de mayo de 2012

Fin del Contrato

No te lo voy a negar, el sexo contigo fue genial. No te lo voy a negar, fuiste la primera persona que despues de mucho tiempo me despertó un deseo sexual tan grande. Bien grande.

Sí, desde el beso inesperado que me diste en esa fiesta empecé a imaginarme haciéndolo contigo como sea, dónde sea, a la hora que sea necesario para apagar la calentura. Ese día me fui sin avisarte porque intuí que si seguía alrededor de ti iba a desbandarme. Sí, el sexo contigo ha sido extraordinario.

No puedo decir que eres tú enteramente, que seas un seductor que me ha ido haciendo caer en su red, no. Tu nunca me induciste a nada, Yo he acudido a cada encuentro porque tengo algunos pensamientos tórridos que sabía tu podías comprender, sabía que ibas a decir que sí e incluso  mejorar la oferta. Todo este tiempo yo he estado abierta a todas tus propuestas y tu a las mías.

¿Y es que cómo no estarlo? Eres un amante que no cuestiona de dónde provienen mis ideas y eso me gusta. Eres eso, un amante... descomplicado, desvinculado, desatado. Eso me gustaba, explorar ese lado ha sido pura diversión.

A cada llamada tuya un impulso travieso ha pasado por mi cabeza; una idea y yo, una idea y tu, una idea y lo que sea... fantaseaba en si iban a ser las escaleras de servicio, si íbamos a dejar la cortina abierta mientras el chico del departamento de en frente abría la suya para hacer yoga a las 5 de la mañana. Tus manos, mis piernas, tu tan bien intencionada lengua en cada timbrada.

Voy a extrañarte, será duro decirte que no, tendré que luchar en contra de la calentura y la certeza del orgasmo avalado en efusivos encuentros. Tendré que olvidarme de que si yo decía quiero tu respondías dónde. De sólo pensarlo ya varias partes de mi te extrañan.

Ha pasado algún tiempo y siento que un ciclo ya se ha cumplido, siento un poco un poco de culpa al decirte que no luego de tantos meses de sexo satisfactorio y en muchos momentos dudo en si debo mantener mi desición; en si tal vez sería mejor llamarte apenada y esperarte desnuda para disculparme por mi mal comportamiento.

Pero luego me doy cuenta que tu y yo somos sólo eso, dos personas que se desnudan de prejuicios y tienen sexo para luego despedirse sin más ni más. Yo sé que lo único que quieres de nosotros es sexo y todo este tiempo he estado absolutamente de acuerdo; pero creo que he empezado a desear cosas que tu y yo no tenemos y como sabrás bien, mis deseos siempre son intensos.

Entonces, aunque me llames a tentarme con aquellas cosas que sabes me enloquecen, esta vez seré firme con mi desición:  Este acuerdo "ventajoso" ha terminado.

Un beso.

Adiós.

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