miércoles, 11 de julio de 2007

NN


Sin registro en la historia, tu y yo no tenemos pruebas de habernos amado. Ni una carta, ni una foto juntos... ninguna prueba fidedigna más que nuestra propia memoria frágil y efímera.

Tu amor es una foto carnet que llevo conmigo a todas partes, una pieza sola que se distorciona igual que mi recuerdo, no me habla, no me mira, no hay pruebas de mis manos en tu piel, todos los días va desapareciendo con el agua que disuelve mis huellas débiles. Yo nunca estuve ni en la sombra, no me veo en tus pupilas, no esta mi olor en tus manos. Tengo una imagen que me muestra aquel intangible que sentí mio por unos segundos.

Tu y yo no somos más que una historia sin registro, que sin nadie quien la cuente para ser recordada, se va perdiendo en el tiempo del mundo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La fragil y efimera memoria esfuerza su naturaleza para guardar esos fragmentos de recuerdo.
El tiempo del mundo va perdiendo la historia. Todos experimentamos esta sensación alguna vez, a veces las cosas pasan con tanta intensidad que el tiempo se acorta y los años se vuelven instantes fragiles... y los pequeños fragmentos materiales que nos quedan apenas si logran sostener la intensidad de nuestra memoria, por todos lados se derrama el recuerdo inevitablemente.

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