lunes, 17 de septiembre de 2012


 
Pienso que deben haber muchas razones que no me atrevo a imaginar porque pueden ser tan ingenuas como potencialmente terribles, me da miedo, me da miedo pensar que no pudo distinguir entre mi intuición y el terror a ser herida de nuevo.

Lo único que me aventuro a pensar es que cuando uno quiere algo, busca la forma de hacerlo posible. Ahí me duele, no hay deseo pienso. No debo esperar pienso. Yo quiero compartir pienso. Yo quiero enamorarme pienso. No hay con qué, no hay terreno para el amor en las ausencias.

A veces sólo hay personas que encuentras en el camino. Yo estaba en el camino, ya no lo estoy más. Tu tampoco. Tampoco buscamos un camino, tampoco lo hacemos. No hay senda compartida.  

No.

Yo espero el deseo, el deseo verdadero, el deseo que hace que uno imagine posibilidades. Yo quiero ser el deseo. Yo quiero ser la posibilidad.

Un portal.

Inmortal.

Infinito.

sábado, 8 de septiembre de 2012

Tengo hambre, voy a morir.

Esa era mi fantasía tóxica, recurrente, torcida, borrosa. Nunca ha estado escondida, yo siempre la he tenido presente, nunca he querido hablarla, tocarla. Cada que aparece enmudesco pero ella esta allí, siempre al frente.

"No tengo hambre", no lo tenía, no lo sentía; estaba asustada. No siento deseo de alimentarme, voy a morir. Voy a morir. Siempre ese pensamiento, voy a morir.

La comida que ingería pasaba como pedazos de cartón sin sabor, plastas de algo recorrían mi garganta y yo no sabía si estaba llena, si debía dejar de comer en algún momento o si tenía sed. Nada. No sentía nada.

Los lugares dónde trabajaba me daban la comida, desayunos y almuerzos. Cada mañana llegaba y pensaba en qué era lo que un cuerpo necesitaba para iniciar el día y escogía un café con leche, un pan, una fruta. Comía, despertaba, continuaba hasta el almuerzo. Allí dejaba que la señora de la cafetería me sirviera cualquier cosa, "Estas tan flaquita hijita" y ¡Paf! me servía un plato de obrero. Yo me comía hasta el último arroz pero sin hambre. Los cocineros se desesperaban al verme y mandaban cosas a mi oficina, pancitos, omeletes, fruta, galletas; parecia que tenían angustia. Yo no quería angustiar a nadie y me lo comía.

"Flaca, eres anorexica ¿verdad?" me dijo un amigo un día. Enfurecí. No, no soy anorexica le contesté. ¿Qué se había creído?¿De dónde sacó eso?.

Yo sólo no tenía hambre. A pesar de eso comía porque racionalmente estaba preocupada, ¿qué sucede con mi instinto de auto preservación? No tengo deseo de alimentar la vida, pensaba en eso todo el tiempo, en eso como una señal de mi cuerpo ¿Qué quiere decir esto? No lo entiendo, no me entiendo.
Dos comidas obligadas al día de Lunes a Viernes, 40 raciones consumidas a la mala en un mes, "Deberían ser más, ¿que hago? Siempre contaba la cantidad de veces en que me alimentaba, tenía que hacerlo porque si no las contaba las pasaba por alto, porque para mi las horas del día eran siempre las mismas, mis necesidades biológicas estaban como borrosas, restringidas. Salía de trabajar y no comía más, en mi cabeza rondaban las cuentas: 16 horas sin comer, eso no puede estar bien ¿Qué hago?. 

Los Sábados y Domingos ya ni los medía, recuerdo que dormía mucho, dormía mal, con sobresaltos, con sueños horribles. Tenía sed, tantísima sed, tantísimo frío. Caminaba al chifa y compraba una sopa, llegaba a casa y al tomarla sentía como si me hiciera cariño por dentro... tibiecita, calmada, me quitaba la sed, me quitaba el frio, no importaba que no tuviera hambre, la sopa era amable.

Me acurrucaba en mi cama y miraba la pared blanca, vacía, miraba la mesita con la comida que había llevado una amiga, miraba de lejos como se podría. Se veía buena, pero yo no sentía impulso de tomarla, la veía y sentia que no era algo para mi, sólo la veía. Así se acababan las noches y los fines de semana.

Sentía que yo no era suficiente para cuidar de mi misma, todos los días sentía que no iba a poder, "No es suficiente, nunca es suficiente" pensaba....  En la esquina de mi cuarto me miraba sola y pensaba que yo no era suficiente, pero tampoco tenía a nadie más.. Voy a morir, no soy suficiente para cuidar de mi misma, repetía. "Tu tienes que salvarte" me decía a mi misma, "No puedo, todo me duele mucho" me contestaba. Volvía a mirar las paredes blancas y pensaba que sí pues, si no había nadie tenía que ser yo. Que triste era ser yo.

En orden de salvame me paraba de la cama todas las mañanas para ir a trabajar y repetía: Limpieza, vestido, arreglo de espacio, billetera, seguro médico, lentes, celular, llaves. Educación para un niño adulto, pensaba en la ducha, recordarme a cada rato las cosas básicas que tenía que hacer.

Caminaba a tomar el bus y me sentía mareada, "Voy a morir" me decía... "¡No!" me contestaba, paraba y esperaba a que mi visión fuera menos borrosa antes de seguir caminando. Vas a estar bien, vas a estar bien, todo va a pasar... seguido de mi propio speach acerca de las razones físicas del mareo y su relación con mi no comer, las consecuencias de no hacerlo.

Un día por fin tuve hambre. Quería un sandwich y un café de una cafetería cercana; lo pensaba, lo saboreaba... pero me sentía tan debil para caminar. No importa, voy a ir - me dije.

Cuando caminaba para la avenida empecé a marearme de nuevo. "Voy a caerme en medio de la pista y me van a atropellar, un carro me va a atropellar por haber salido a la calle, por tener hambre". Voy a morir porque tengo hambre". Entonces retrocedí decidí caminar por la calle paralela a la avenida porque ahi no habían combis, había un parque. "Si muero de hambre, moriré en un parque y nadie me va a atropellar".

Así que caminé por el parque y cuando llegué a la altura de la cafetería corrí hasta la puerta, pedí lo que se me había antojado y regresé caminando a mi casa por el parque, comiendo mi sandwich en el camino.

Cuando llegué a casa, me senté en la cama y suspiré. Me había alimentado con algo por lo que sentía deseo y no había muerto.


viernes, 7 de septiembre de 2012

¿Podrás ver?

¿Podrás ver tú misma la dimension de tu belleza? Me dijo él mintras tomabamos el té.

Yo embelezada con lo que acaba de decirme lo miraba sin despegar los ojos y mientra jugaba con mi cucharita parpadeé, me di cuenta que en esos instantes desee besarlo por esa frase y baje la mirada cuando caí en cuenta que ese beso imaginario podría llevarme a un lugar que ya estaba en el pasado para mi.

Por un momento desee que eso hubiese pasado años antes, cuándo lo amaba... desee que eso que ahora él veía pudier ser visto por alguien de quién yo estuviera enamorada y claro, caí en cuenta de que alguna clase de amor le tenía, pero enamorada ya no estaba. Le sonreí y bajé los ojos nuevamente.

Al mirarlo de vuelta me di cuenta que me miraba así... como antes, como si fuera a desvestirme ahi al costado de la mesa, sentí ganas de reírme y le dije bromeando:

- Ya me había olvidado de tus miradas irrespetuosas.

- Es que sí pues, yo viviria faltándole el respeto, con el mayor respeto, a aquella mujer de singulares medidas, contorneadas caderas, de corazon loco pero experto.

- Loco pero experto...

- Indomable...

- Ja... ¡Todas esas cosas soy!¿Y qué más?

- Ahhh eres renegona y pesada, a veces incrédula, pero sólo a veces... como ahora por ejemplo, que crees que te digo todo esto con dobles intenciones.

- ¿Y no es así? Bueno... ¡tampoco me molestan eh! Los deseos indecentes siempre aparecen, para que hacernos los locos.

- Sí.  Es que tu eres así medio salvaje y es algo que no entiendo de ti, a veces me asusta. A ti el que trate de domarte además de lastimarte va a salir lastimado, porque aunque pareces frágil e insulsa a veces (¿Insulsa? ¿Insulsa me ha dicho?- pensaba yo) sabes cómo golpear a la gente dónde más les duele... es bien maquiavélico porque quien no te conoce, cree que estas en silencio porque no tienes nada de decir, cuando en realidad estas observado los gestos, los afectos... tus silencios son buenos como potencialmente peligrosos.

- Entonces soy insulsa y peligrosa...

- ¡Ah! no te me pongas peleonera que no te sale... Tu sabes esto, lo peculiar es que esos lados siempre estan ahí para verlos y yo recién he visto eso de ti, aunque has estado todo el tiempo. Acabo de darme cuenta de eso. Tu siempre fuiste clara, el que no veía eso era yo. Y por eso se nos fue todo a la mierda...

- Sí.

- Ahora hay algo que se fue y no se que és, pero te miro y sé que ya no esta. Ahora cuando te veo estas mas callada, más lejana y te extraño. Extraño tus explicaciones largas y tus mil revoluciones. Te he extrañado mucho.

Yo me quedé en silencio.

Me pregunté porque estas frases llegan con sabor a tarde, me pregunté si es que era intransigente y no quiero dar oportunidades o es que no quiero abrir pasados que me costaron tantas lágrimas. No sé que sea, tal vez es un poco de esas cosas que aunque esperabas, al llegar ya no enganchan con nada.





jueves, 6 de septiembre de 2012

Flores muertas

Flores muertas en mi piel, que nadie las vea, no quiero que que vean mi dolor. Las flores han muerto y dejado espacios que no se si se llenarán de nuevo.

Hay un hueco seco, vacío, sano. No se si se llenará de nuevo. No quiero que nadie lo vea, me da vergüenza... me da vergüenza sentir tan fuerte y  que nadie lo entienda. No quiero verlo, siento pena de mi y mis cicatrices.

Pero si lo encondo, me escondo y yo ya no quiero huir.