miércoles, 30 de mayo de 2012

Somebody that I used to know



Ayer ví este video y muchas referencias (musicales y personales) han surgido en mi mente. A ver cuál se ordena primero y termina en un post. Por mientras, comparto la cancioncita que debo decir, me gusta mucho.

viernes, 25 de mayo de 2012

Fin del Contrato

No te lo voy a negar, el sexo contigo fue genial. No te lo voy a negar, fuiste la primera persona que despues de mucho tiempo me despertó un deseo sexual tan grande. Bien grande.

Sí, desde el beso inesperado que me diste en esa fiesta empecé a imaginarme haciéndolo contigo como sea, dónde sea, a la hora que sea necesario para apagar la calentura. Ese día me fui sin avisarte porque intuí que si seguía alrededor de ti iba a desbandarme. Sí, el sexo contigo ha sido extraordinario.

No puedo decir que eres tú enteramente, que seas un seductor que me ha ido haciendo caer en su red, no. Tu nunca me induciste a nada, Yo he acudido a cada encuentro porque tengo algunos pensamientos tórridos que sabía tu podías comprender, sabía que ibas a decir que sí e incluso  mejorar la oferta. Todo este tiempo yo he estado abierta a todas tus propuestas y tu a las mías.

¿Y es que cómo no estarlo? Eres un amante que no cuestiona de dónde provienen mis ideas y eso me gusta. Eres eso, un amante... descomplicado, desvinculado, desatado. Eso me gustaba, explorar ese lado ha sido pura diversión.

A cada llamada tuya un impulso travieso ha pasado por mi cabeza; una idea y yo, una idea y tu, una idea y lo que sea... fantaseaba en si iban a ser las escaleras de servicio, si íbamos a dejar la cortina abierta mientras el chico del departamento de en frente abría la suya para hacer yoga a las 5 de la mañana. Tus manos, mis piernas, tu tan bien intencionada lengua en cada timbrada.

Voy a extrañarte, será duro decirte que no, tendré que luchar en contra de la calentura y la certeza del orgasmo avalado en efusivos encuentros. Tendré que olvidarme de que si yo decía quiero tu respondías dónde. De sólo pensarlo ya varias partes de mi te extrañan.

Ha pasado algún tiempo y siento que un ciclo ya se ha cumplido, siento un poco un poco de culpa al decirte que no luego de tantos meses de sexo satisfactorio y en muchos momentos dudo en si debo mantener mi desición; en si tal vez sería mejor llamarte apenada y esperarte desnuda para disculparme por mi mal comportamiento.

Pero luego me doy cuenta que tu y yo somos sólo eso, dos personas que se desnudan de prejuicios y tienen sexo para luego despedirse sin más ni más. Yo sé que lo único que quieres de nosotros es sexo y todo este tiempo he estado absolutamente de acuerdo; pero creo que he empezado a desear cosas que tu y yo no tenemos y como sabrás bien, mis deseos siempre son intensos.

Entonces, aunque me llames a tentarme con aquellas cosas que sabes me enloquecen, esta vez seré firme con mi desición:  Este acuerdo "ventajoso" ha terminado.

Un beso.

Adiós.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Así fue


 
Sí.
You know.
Don't pretend it was otherwise.
I think that's why I stoped missing you.
Si.
Tu sabes. 

jueves, 17 de mayo de 2012

Envíos

Siempre creo que no vas a contestarme. No sé si es miedo o reminiscencias de experiencias pasadas. Cada vez que hago click para enviar, lo hago con una emoción infantil que luego es apagada por la idea de que nunca más vas a contestarme.

En el lapso entre mi envío y tu respuesta, me la paso releyendo lo escrito, regañándome acerca de mis faltas ortográficas y mis “lost in traslation” cotidianos, preguntándome acerca de hacía dónde podría llevarnos la interacción de estos correos, acerca del tiempo que pasa inevitablemente, las cosas que olvidé decir y las que también quisiera decir cuando tenga oportunidad, cuando haya el momento adecuado. Siempre pienso en ¿Cuándo es adecuado? Y ¿Qué es adecuado?. 

Algunas veces no puedo más con mi impaciencia y  en esos momentos decido convencerme de que no vas a contestarme nunca más. Entonces considero conveniente borrar todos tus mensajes y fotos, para no pensar en ti y hacer como que no recuerdo de memoria las palabras que has escrito. ¡Ya fue todo! ¡Ya no quiero nada! Me digo a mi misma para convencerme de que soy muy digna, cool e interesante como para pensar en alguien que no me responde y que ciertamente voy a estar mejor así. Las cosas maravillosas que voy a tener sin tener este deseo. Ya fue, lo borré. Eso ya no existe.

Al otro día, abro mi correo a primera hora y veo tu nombre en mi bandeja de mensajes y me siento cojudaza, doy un click con apurada curiosidad y empiezo a leer: “Disculpa la demora en responder…”, entonces me arrepiento de mi majadería y trato de recuperar todo lo borrado, trato, pero siempre hay algo que se pierde en esos ataques (no sé si algo de mis temores o sólo información propiamente dicha)

No te imaginas las cosas que aprendo con cada una de tus respuestas, sobre ti, sobre mí… y también acerca de creer en las personas. Con cada respuesta alimento algo dentro de mí, creo que es la fe o no sé, la esperanza de que las cosas puedan ser diferentes a las experiencias ya vividas.

Es raro y es doloroso, porque a veces pienso que tal vez no debería compartir estas cosas contigo (o con nadie), porque tal vez esas cosas que se despiertan en ti al leerme las usarás luego para compartirlas con alguna otra mujer y yo quisiera que esas cosas despertadas sólo las comentaras conmigo.

Yo sé, es aprensivo, no creas que no lo pienso. Es que a veces deseo tener más de esos momentos en que uno le dice al otro cosas que no le dice a nadie más y tengo esta romántica idea de que quisiera que alguien conozca mis secretos (Es que no puedo con mis secretos) y yo también algunos ajenos.

Por ese mismo pensar es que paso a preguntarme ¿Qué gano yo diciéndote todas esas cosas? Y contestarme no ha sido fácil, cada que repito la pregunta, la respuesta aparece y  desaparece tan rápidamente como llegó; entonces reniego y me digo a mi misma que tal vez esa respuesta no existe realmente, que soy yo la que esta tratando de inventarse algo que haga menos difícil esta situación imaginaria.

Es que también yo me canso de mis discursos positivos, pues aunque esto del desapego y el dar por voluntad propia es algo bastante notable, hay algo que no puedo negar y es el hecho de que recibir también nos alimenta.

Recibir una respuesta, una caricia, un no, un no sé o lo que sea que llegue de vuelta siempre nos da un punto de referencia con respecto al otro, una mirada de qué es lo que el otro ve en eso que uno dice.

No tiene que ver con una cuestión de opinión con respecto a uno, si no con un tema de vínculo. Alimentar los vínculos es algo delicado,  me da miedo porque mi positivismo se va sintiendo vacío cuando las respuestas no llegan y pasar la vida sin un atisbo de esperanza en que las cosas pueden ser como uno quiere es bastante triste.

Para evitar esa misma tristeza también me he inventado montones de discursos en pro de la buena soltería y la cantidad de cosas que puedo hacer pues no tengo que coordinar nada con nadie, en lo bueno que es tener un espacio sólo para mi, en la gente que conozco mientras estoy sola, en las cosas de las que no tengo que cuidar. Pero ¿Sabes qué? Llega un momento que me doy cuenta que también uso todas esas razones para tratar de no tomar en cuenta el hecho de que si quiero estar acompañada.  Uno se va poniendo un poco cínico con el tiempo.

Hay algo que aprendo con cada respuesta y es tan simple como sacar las cosas que pienso fuera de mi, fuera de mi burbuja, fuera de mi idea de que nadie me entiende, me pone en un lugar en dónde puedo tener una interacción que me enriquezca. Me saca de los silencios agresivos (porque sí, hay silencios violentos también) y de mis posibles escenarios factibles (que debo admitir, a veces son un poco trágicos).

Hago un esfuerzo por no darle crédito a esas otras voces que me dicen que siempre va a ser lo mismo, esas que aún se alimentan de episodios pasados, que parecen salir a penar de cuando en cuando, me molestan en verdad. Quisiera convencerlos de que aquí en el presente ya no hay nada de qué nutrirse, pero los muy sapos tergiversan la soltería con soledad y por ahora no tengo una experiencia práctica para acreditar mi teoría.

Me doy cuenta que hay algo escindido en mi. Por un lado deseo poder conectarme con alguien y por otro lado creo que eso no va a suceder. Creo que pienso que no vas a contestarme porque quiero corroborar mi propia estadística pesimista, en la que hago un conteo y confirmación de que no puedo confiar en lo que la gente dice, si no únicamente en lo que Yo hago y por ende, estar sola siempre va a ser mejor.   No sé si mantengo esa idea para no ilusionarme o para seguir sorprendiéndome, tal vez con el tiempo confirme mi teoría del desdén o encuentre una (espero) con nuevas perspectivas. Y es que siempre siento que debo hacer todo sola y tengo la intuición (Y digo intuición porque en verdad no lo se) de que no es siempre así, que en verdad si hay situaciones en que dos personas hacen cosas juntas para estar juntos. Si esto último de verdad sucede, no se cómo pedirlo... creo que necesito ayuda con esto, se me hace dificil pensar que puedo pedirle a alguien que haga algo conmigo y esto de hacer las cosas sola es algo dificil incluso para el pensamiento.


En medio de ese pesimismo hay un lado de mí, chiquitito y gritón que me dice que no es cierto, que para encontrar la confianza yo también tengo que confiar, que uno no reconoce lo que no experimentado antes en sí mismo. Creo  que decido que mis acciones van a buscar crear en mi eso que yo espero encontrar.  

¿Parece contradictorio verdad?, pero es que trato de encontrar un camino en dónde el miedo no me domine. Es cierto que nunca se va, pero prefiero caminar temblando que quedarme en la sombra endureciéndome, alimentando registros que no se cambian si las personas no lo intentan. 

Así que contesto, contesto siempre. Y hasta ahora tu también.

Tal vez en algún momento, las respuestas se harán más lejanas, tal vez ya no las extrañaremos tanto, hasta que llegue un momento en que los saludos lleguen en las fechas de fiesta y más adelante, ni si quiera eso. O tal vez sea todo lo contrario, tal vez seamos esas personas que encuentras un hilo conductor a través del tiempo.

Por lo pronto, esto de las cartas es divertido.  

miércoles, 16 de mayo de 2012

Te quiero

Tus manos son mi caricia
mis acordes cotidianos
te quiero porque tus manos
... trabajan por la justicia

si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos

tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro

tu boca que es tuya y mía
tu boca no se equivoca
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía

si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos

y por tu rostro sincero
y tu paso vagabundo
y tu llanto por el mundo
porque sos pueblo te quiero

y porque amor no es aureola
ni cándida moraleja
y porque somos pareja
que sabe que no está sola

te quiero en mi paraíso
es decir que en mi país
la gente viva feliz
aunque no tenga permiso

si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.

Mario Benedetti
 

 

jueves, 10 de mayo de 2012

Hace unos días en el FB

Hace un par de días en el FB veía mi inicio y todas las novedades de mis contactos, ya saben como es.... algunos días la gente cuelga cosas sólo para figurar y algunos otros días aparecen cosas realmente brillantes. Encontré el post de una amiga que decía:

"Ayer, mami, estoy muy triste, no siempre la vida es como uno cree, me han traicionado y quebrado mi confianza, mi alma y mi corazón ya no creo mas en la gente.... No hijita, los que traicionan son los que han cometido el error, nunca cometas tu el error de no creer en la gente, si dejas de creer en el ser humano pierdes la alineación de la vida. Creer en los demás es muy valioso, hay gente muy valiosa en este mundo.


Que tal mujer, la amo, siempre amando al mundo. Gracias mami por existir y se la mujer mas importante en mi vida. te amo."

Esa señora es realmente sabia.

Pensaba en lo dificil que es a veces creer en las personas, en cómo a veces hay voces que nos calman, que nos salvan. ¿Cómo dejar de creer en las personas si uno también lo es? A veces uno se olvida, siento que cuando eso sucede uno empieza a convertirse en una especie de cartón y con el tiempo uno se va olvidando incluso de cómo era creer en uno mismo.

"Pierdes la alineación con la vida"

Tal vez por eso es que últimamente creo más en que las palabras deben ser dichas en su momento, las palabras de amor, el mencionar que uno cree en el otro, que tienes miedo o uno ve las cosas de maneras diferentes. Es importante decir las cosas.


Esto de creer o no creer es una lucha constante, mi instinto primario es creer en todo lo que me dicen, TODO, yo creo en las personas y en lo que me dicen con inocencia, con imágenes de claridad que me invitan a buscar formas de hacer las cosas de la mejor manera posible. Creer en las personas y en sus posibilidades (con ellas o conmigo) me entusiasma, alimenta mis ganas de seguir adelante, de buscar opciones. Ese instinto es el que me hace seguir todos los días adelante.

Todos los días también esta la desconfianza y con qué decide uno quedarse de la experiencia propia (y a veces también la ajena), porque "no siempre la vida es como uno cree". Es duro eso, el instinto de autoprotección existe por algo, qué dificil es que el miedo no nos detenga, que nos nos prive de tener fe en que las cosas pueden ser diferentes. Qué dificil es sentirse traicionado y tener que salir de vuelta a la calle sin saber que puede pasar, uno tiene ganas de esconderse, de no volver a dar nada.

Cuando a uno le pasa algo malo habiendo hecho cosas buenas, la salpicadura del mal se escurre por todos lados, pareciera que no hay diferencia entre uno u otro. ¿Qué diferencia podría haber en el futuro? se pregunta uno pensando en el pasado. Qué dificil es ver que esa diferencia futura tiene que ver con  uno mismo en el presente.Qué dificl es creer.

Yo escogo pensar que van a decirme la verdad, tal vez en el camino me de cuenta que no es así o tal vez reciba una sorpresa, tal vez tenga una oportunidad que no esperaba. Tal vez.

Yo decido creer... yo quiero creer porque siento que el paso siguiente a dejar de creer en las personas es el de dejar de creer en mi misma. Si uno no cree en uno mismo la esperanza esta perdida, si no puedo creer en el otro entonces mis intentos de crear vínculos saludables fracazarán y las personas necesitamos unas de otras, necesitamos puertos de calma, motores que nos inspiren, espacios que nos curen y momentos para dar, para compartir.

Yo tengo tanto miedo a perderme.

Saben, en estos 30 años de creyente (en mi, en las personas), he descubierto que mi capacidad para sanar, aunque lenta, es óptima. Yo creo  siempre que voy a sanar y a veces lo creo tan intensamente que siento que debo compartir esa esperanza con otros. Tal vez es una de las razones por las que escogí ser terapeuta y tal vez también es una de las razones por las que de cuando en cuando, me siento a escribir estas cosas. Yo quisiera que las personas no andaran tan solas y ese es un deseo que viene de mi, de no sentirme sola, de entender lo que es eso. "Una pena entre dos es menos atroz preciosa" siempre dice mi hermano, yo creo que es cierto.

"...hay gente muy valiosa en este mundo." E incluso dentro de lo monóntono, hay cosas para rescatar y abrir la mirada.

Tratemos ¿Sí?. No dejemos de buscar. Creamos que todo es posible.