domingo, 26 de diciembre de 2010

Quiero

Yo no sabía qué era lo que iba a recibir, esa fue mi sorpresa.

Apagaste la luz, te abrazaste a mi cintura, yo temblaba de sensación, de incertidumbre de no saber a dónde me iba a llevar ese movimiento, de saber cómo respondo con deleite.

Me pediste silencio para contarme una historia de la selva.

- ¿De la selva?
- Cállate, te estoy explorando.


En silencio me volví selva para que te adentres en mis fondos húmedos, para acariciarte con mis hojas y flores, para ser lianas que se aprietan contra tus piernas de árbol macizo.

Crecí... crecí... me hice pequeña, cerré los ojos con deseo de sentirte empapado de mis ganas, para escuchar tu voz dándole vida al olor de nuestra fábula.

El sosiego se rompe con los gritos de los animales, con las ramas que se mecen, con las manos del hombre que se adentra en busca del fruto inesperado en la indómita espesura.

En un segundo enmudecido, abrimos los ojos y somos nosotros, llenos de otra vida agreste, de una dádiva de seres fantasiosos. Un reino conquistado por mortales sin pretensión de tiranía.

Entonces ahora que me miras yo te otorgo mi nobleza, porque eres EL hombre de todos mis hombres, eres el dueño de mi cuerpo, el dueño de mi sexo, de mi lujuria y también de mi inocencia. Eres el que con su cuerpo levanta mi entraña ferviente, burbujeante… eres el que en silencio me hace soberana.

Miro tus piernas sobre mi, pienso que quiero. Quiero.

martes, 21 de diciembre de 2010

Pensamientos aleatorios o aleatoriamente pensando

Cuando era niña casi nadie me hablaba, mi abuela cantaba y tocaba acordeón, mi mamá casi no estaba, mi papa no estaba, mi hermano era un duende que no hablaba pero andaba haciendo destrosos, yo esperaba con ansias a que viniera mi tía a contarme algunos cuentos.



Nadie me hablaba y yo me sentaba en las escaleras que daban a la azotea para ver las nubes e imaginarme que eran conejos que saltaban, ciertamente eran cuentos muy lentos. A veces también, cuando las nubes eran muy redondas, pensaba que eran las naves en que los niños se iban al cielo (Creo que me habían leído la vendedora de fósforos, que cuento tan triste).

Cada tanto los grandes se hablaban y decían cosas que no entendía, gritos, palabrotas que yo no entendía pero que sonaban tan grande que seguramente eran cosas terribles, pensaba yo, me daban susto, pero ya las había escuchado y memorizado. Entonces, Yo luego me escondía detras del mueble marrón y repetía todas las palabrotas que había escuchado, una y otra vez hasta que no tenían sentido, hasta que parecían otra cosa, ya despues de eso me sentía más tranquila y jugaba a ver el mundo desde todas las posiciones posibles entre la pared blanca y el mueble marrón, me gustaba la pared blanca y fría.

Mi abuela hablaba de sus hermanas que estaban lejos, para mi todo mundo estaba lejos, yo quería hablar con todos, cada que mi tía viajaba a Trujillo yo escribía cartas de varias páginas, "Escribía", yo no sabía escribir pero creía que si, me sentaba en la mesa a hablar mientras hacía una especie de olas que para mi se veían igualitas a la letra de mi abuela, que siempre andaba con su libretita escribiéndolo todo. Recuerdo que todos se reían, yo no sabía de que, yo les estaba contando cosas muy serias.

Cuando aprendí a leer me aburría mucho en el colegio, era mayo y yo ya me había leído todo el libro de texto hasta el final y no tenía nada que hacer, nadie se dió cuenta nunca que andaba distraída por eso, yo andaba alucinando a mis compañeros, jugando con los lápices, mirando las ventanas. La profesora venía a preguntarme: ¿De que estamos hablando? Yo le contestaba lo que hacían y ella se quedaba tranquila, en verdad yo no sabía un apio de que lo estaba diciendo, pero  veía el libro de texto y le contestaba lo que estaba ahí porque me acordaba, pero en verdad nunca estaba en clase, estaba imaginandome cosas, jugando con mis zapatos (Los zapatos me parecían cosas lindas y aprisionadoras). La profesora solo me decía que me sentara bien, que dejara de moverme, que le repitiera lo que estabamos leyendo, que escribiera con una sola mano porque estaba molestando a mis compañeros.

Mi mamá se dió cuenta de que ya leía y me compró cuentos que destrocé de tanto pasar las páginas; entonces me regalo "El principito", fuimos a comprarlo en una librería que estaba frente a la plaza de Barranco. Yo llegué a casa con mi libro de grande y lo leí y leí hasta terminarlo. Me di cuenta que habían un montón de cosas que no había entendido.

- ¿Mamá que significa tal palabra?
- Busca en el diccionario.
- ¿Que es un diccionario?
- Ese que dice Ramses, donde sale el significado de las palabras. 

Y el diccionario se hizo mi amigo.

Me senté a buscar palabras, palabras del principito, palabras que escuchaba, palabras que leía en el diccionario y no entendía, pero que podía buscarlas también.  Desde ahí leo diccionarios de cuando en cuando, en verdad me gusta hacerlo.

Me parecía maravilloso que un libro pudiera explicarse a si mismo, era un amigo muy claro. Cuando nadie te habla es un alivio encontrar algo que te da respuestas.

Cuando cumplí 14 mis papas se separaron, fuera de todas las peleas que vi, nunca nadie me explicó nada, mi mamá gritaba, mi papi no decía nada, sólo se iba y mi mamá lo perseguía para gritarle más, pero nadie decía más que eso.

Un día cuando llegue de un retiro del colegio, fueron a recogerme despues del haber estado todo el fin de semana lejos, vino mi hermano corriendo y me dijo:

- Nos mudamos.
- ¿Que hablas?
- Nos mudamos....

Y se fue corriendo.

Vino mi mamá y me dijo:

- Si, nos mudamos, ya vas a ver la casa, te va a gustar, apurate que va a llegar visita, carga tu mochila.

Yo pensé que bromeaban, nadie dijo una palabra más. Pero me habían mudado.

Llegué a esta casa extraña y no tenía un cuarto, mi mamá había decidido que iba acompartir uno con ella, mis cosas estaban en cajas. La gente llegaba y yo no sabía donde estaban mis cosas o donde poner las que había traído.

Busqué a mi gata, que de todo era lo único que encontré que era mio, me metí al closet a llorar mientras la gente llegaba y decía "Que bonita esta tu casa".

La mudanza había sido para que mi mamá no tuviera que hablar más con mi papá, ella no quería hacerlo, nos dijo que si nos llamaba no le dieramos la dirección. De cualquier forma el llegó y no lo dejaba entrar, él se quedaba toda la madrugada en la puerta esperando a que mi mamá saliera. Ella no salió ni dejó que salieramos.

Un día que ella no había llegado aún, el tocó la puerta y lloraba: "Dile a tu mamá que me perdone". ¿Qué podía hacer yo?, sólo lo miraba, yo no sabía que hacer, nadie me decía que pasaba.

Un día mi papá me llevó a tomar desayuno y al despedirse me dijo que ya no iba a seguir viendo las cosas con nosotros, que me lo decía a mi porque yo era la única adulta de la casa. Yo tenía 14. Yo no sabía que pasaba. Yo sólo dije si a todo sin entender nada.

Un tiempo despues mi mamá empezó a salir con alguien más, no llegaba a dormir, durante un año casi no lo hizo, llegaba a las 6 de la mañana a bañarse, cambiarse e irse a trabajar. "Me voy de viaje, regreso el domingo" decía ella algunos fines de semana; mi hermano y yo salíamos hasta horas impensables para los 13 y 14 años, nos deciamos a donde íbamos y cada uno seguía su camino. Yo a veces me iba a casa de mis amigos, a veces me quedaba sola, a veces me quedaba con el enamorado de la época, el cual se molestaba mucho porque no me daba la gana de acostarme con él en esa casa tan sola...

- Entonces me voy.
- Entonces vete.

Yo no quería estar sola, queria estar acompañada; sin embargo yo siempre he sabido bien vivir en soledad, cada que decía "Entonces me voy"  yo pensaba: "Bueno será que no quieres quedarte"; quedarme sin él no era una amenaza, menos si era por algo que no me daba la gana de hacer, en verdad quedarse solo y hacer algo que no quieres, en mi mente tiene la misma equivalencia, la misma molestia. Siempre pensé que había allí un tema de no escucha.

Dos meses despues lo encontré con otra en la calle; en verdad había estado muy sola en esa casa.

Yo quería estar acompañada, por eso odiaba que mi mamá nos diera plata para comer en la calle, todos los dìas: "Anda a comer con tu hermano"... mi hermano siempre recolectaba su plata y se iba por su cuenta. Yo iba a varios sitios, iba a un sitio cerca al colegio donde la señora cocinaba con sabor a abuelita y que se sentaba a convesar conmigo de cuando en cuando, no habían mesas separadas, si no una barra moldeada alrededor de su cocina, que tenía muñequitos tejidos a crochet y fracesitas en la refrigeradora, en la barra se podía ver a las otras personas frente a ti, como en una mesa, entonces a ratos sentía que ya no estaba comiendo en versión unipersonal, aunque así era.

Por eso casi todos los lunes iba a comer a casa de Flor, su mamá hacía todos los lunes lenteja con hamburguesa y a mi me encanta la lenteja (aunque a estas alturas del partido no se si es que me gustan sólo porque me parecen deliciosas o porque me traen recuerdos de comer acompañada o los dos), amaba los lunes de lenteja y también amaba los días de chifa con John (el también comía solo la mitad de los días o en casa de Miki), yo tomaba sopa y el no se explicaba mi amor por la sopa y las verduras.

Varios años más tarde, mis almuerzos se compartieron con Denisse y digo compartir porque era así en todo el sentido de la palabra, ella siempre servía un sólo plato y traía dos cucharas...

- Denisse traeme un tenerdor...
- Ay que monse eres, con la cuchara se agarra más...
- Si pero yo quiero comer no engullir.

Nos sentabamos las dos a comer del mismo plato, siempre, todo, lo que fuera era siempre de un mismo plato. Su mamá regañaba:

- Denisse! sirve otro plato! que va a pensar V!! adentro hay bastante comida!!
- Ay mamá así nos gusta.

Y nos sentabamos a comer mirandonos con risa, ella arrimando las verduras y yo arrimando la carne, peleando por el arroz, riendome porque Denisse se desabrochaba el pantalón pues no le entraba ni el aire y ella diciendome que me calle porque la hacía reír y ya no podía más con su barriga.

- ¿que barriga cojuda?
- La que me ha crecido de la olla de arroz que nos hemos comido!
- Eres una pita con nudo... JAJAJAJAJAJAJAJAA
- CALLATEEEEEE. Ay!Ay!

Para mi invitar a comer a alguien a mi casa es como un momento sagrado, es una reinvindicación de los años en que comía tan sola, es una forma de recordarme (o enseñarme) que aunque no muchas veces me sirvieron la comida o se sentaron conmigo a compartirla, yo si se hacerlo . Cuando invito a comer a alguien en mi casa es porque realmente es bienvenido, es mi forma de decir que confío y quiero compartir.

De los recuerdos de comidas solas y compartidas han nacido otros más, unos en los que invité y nunca llegaron, cuya comida a compartir no me comí porque se envenenó con la ausencia de  los que no invitaré nunca más; también los de los invitados que llegaron a comer mis inventos y trajeron postres llenos de risa o las veces en que fui invitada, como cuando viajé el año pasado y las familias de Denisse y Flor recordaban nuestras comidas juntas.

La mamá de Flor me mandó decir que "Esta vez no comeríamos lentejas con hamburguesa, si no pollo", me dió  tanta risa... Los papás de Denisse si que me hicieron el Parade de las comidas, el papá me preparó desayunos durante una semana, no creo que lo sepan, pero las comidas de desayunos con las que más me gustan en la vida, durante poco más de 7 días me levanté con olor a tostada, fruta y alegría infantil... "Hijita ya esta tu desayuno",  hace tanto que nadie me decía eso.

Uno de los días en que paramos a la hora de almuerzo, la mamá nos dijo que comieramos algo rápido para no gastar en la calle, nosotras accedimos y nos sentamos en la mesa, ella regreso con un sólo plato de comida y dos cubiertos, no nos peleamos por nada que no fuera el arroz porque ahora ella come verduras y yo algo más de carne. Me sentí tan feliz, tan feliz de haber podido mantener el contacto con los que amo y sentarme a conversar en la mesa con ellos.

Me he dado cuenta que la lejanía es completamentre cierta sólo cuando uno quiere que lo sea. Sigo escribiendo cartas no sólo por gusto propio, si no porque los verdaderos vínculos vale la pena alimentarlos, he entendido que la migración es parte de la vida y que la desaparición es opcional. Sigo escribiendo cartas porque me gusta hacerle saber a las personas que los recuerdo y también dejo de escribirlas cuando quiero olvidar y que me olviden.

Las palabras siguen siendo un mundo aparte para mi, cuando leo textos de teatro y los memorizo recuerdo ese repetir de las palabras, me rio y las repito millones de veces, no para paporretearlas, si no porque llega ese momento sin sentido y es ahí donde les pongo el énfasis que necesita mi texto, les pongo mi sentido, mi nuevo sentir, mi sentir transformado.

Hablo casi como escribo (sólo que en tonos polifónicos y con ruiditos) y sigo leyendo diccionarios, será por eso que dicen que "hablo muy bien" (Mentira... hablo puras webadas la mitad el tiempo, pero bueno son webadas muy bien pronunciadas... jajaja), siento alivio de pensar que la misma cosa puede decirse en muchas palabras, en muchos idiomas, me gusta pensar que así es todo en la vida, muchas vías diferentes  para llegar a caminos similares.

Los caminos van abriendose y yo también voy caminando por otros lados,  hace 3 años que vivo en la misma covachita que cada vez me queda más pequeña, Odio las mudanzas y creo que no me mudo todavía porque dentro de ese espacito yo he cambiado mucho y es un poco mi caparazón, le tengo cariño, aunque siento que pronto estaré lista para migrar. Lo haré cuando sienta que estoy lista, con planeamientos y seguramente con los amigos que siempre me acompañan en todos mis proyectos.

Sin embargo extrañaré dormitar viendo las tardes de sol con nubes, ver los colores del cielo en niveles a medida que todo oscurece o ver el amanecer azul mientras me recuesto con el cuerpo frío de madrugada, en mi casita, donde yo construyo, donde yo explico y recibo, donde yo amo.

No sense sensation

Anoche no podía dormir, tenía una sensación en el pecho que me revolvía las entrañas.

Y hace tanto que mi cuerpo no tenía esa ventolera, que reconosco, me recuerdo sentada en el piso entre la cama y la pared, deseándo que fuera posible, lo deseaba, lo deseaba tanto, tantísimo, que de alguna forma pudiera sentirlo, a pesar del tiempo y del espacio, lo deseaba hasta desfallecer del sueño.

"Tanto fuego planetario.
Tanto deseo mío."

Anoche no deseaba pero tampoco dormía, esa sensación en el pecho no se iba. Pensé que era un llamado, llamado planetario, tal vez algo sucedía, pero que podría ser cuando lo que queda es el recuerdo y no el deseo.

En verdad lo único que sucedía en ese momento era el eclipse que no se veía desde mi ciudad. Naturaleza poética, es curioso saber que algo sucede a pensar de que no puedes verlo.

Sensación sin sentido, será la luna que me pone loca.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Sueño de estrellas



Anoche soñe contigo, no se como aparecíste en mi sueño pues yo estaba sola viendo como brillaban las estrellas.

Miraba desde una ventana el cielo azul oscuro iluminado en luces que titilaban y derrepente todo pareció dar una vuelta, yo, mi ventana, las estrellas.

Entonces aparecí en un balcón y tu estabas sentado a mi lado, mirando las mismas estrellas y me hablabas, hablabas de cosas que ya no recuerdo.

Las estrellas empezaron a brillar con más fuerza, algunas dieron vueltas y una bajó cerquita, cerquita a nosotros como un regalo, como si tuviera vida, una vida que venía a buscarnos.

Nosotros nos acercamos para verla y luego regresamos a sentarnos en el balcón desde donde también se veían otras casas o una ciudad.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Tal vez... Cada que...

Hoy estoy tremendamente Belanova... terriblemente sweet, terriblemente melancólica, terriblemente linda y terriblemente inentendible.




jueves, 2 de diciembre de 2010

Saberlo todo

 Para que lo leas mientras duermo y sepas lo que sueño.

Mi sueño ve la eternidad de tu camino.

Tu camino es la eternidad en mi vida.

V


Saberlo todo - Manu Cáncer



La noche

se hizo para mirarte

mientras duermes

y admirar tu quietud, con ternura,

decirte cosas al oído,

saber que estás en paz.

Saber que amarte

es saber todo.