lunes, 23 de febrero de 2009

Las lágrimas de mi rubia


No sé que puedo hacer más que sentarme a tu lado y secar tus lágrimas, no es algo que habría deseado hacer, pero que hago con mucho amor tratándose de ti. Mi rubia hermosa, yo me siento contigo hasta que no necesites llorar más.

Yo se que a veces en la vida las cosas parecen muy injustas y sin sentido, pero quiero pensar que con el tiempo esas lágrimas no serán otra cosa que el agua que limpia y te deja como nueva.

Llevamos casi la vida completa juntas, quien diría que en una carpeta encontraría a una niña que me acompañaría toda la vida, que se íria en su momento para volver a encontrarnos justo en el momento que un par de hijos de puta estaban a punto de romper nuestro buen y crédulo corazón. Que bueno haberte encontrado nuevamente y saber que sigues siendo la niña de buen corazón con la que jugaba en el vacacional.

Si hay algo que he aprendido es que la tempestad pasa y aunque ahora sientas que todos tus deseos se hunden, pronto verás que esa barquita fragil en la que crees que estas no era otra cosa que un fortín lleno de herramientas, pronto llegarás a buen puerto, estarás preparada y serás grande.

Por mientras que la lluvia corra y que truene la noche, pues verás que lo importante no era sobrevivir, si no saber que puedes hacerlo y empezar de nuevo.

martes, 10 de febrero de 2009

Si no me costaras tanto

Si no me costaras tanto ya te habría olvidado, cuando las cosas me son ligeras las olvido en un segundo, pero tú no... tú eres un peso invisible con el que cargo todos los dias. Creo que ya no tengo memoria de cuando no estabas en mi mente.

Es curioso, porque contigo volví a aprender quien era, de tu mano recordé que las sonrisas no me eran algo negado, que el amor no se me corría y que las personas podían quererme. Yo me había olvidado de esas cosas. Digo curioso porque es la palabra menos ofensiva que encontré para decir que a pesar de que contigo camine por la luz, pensar en ti no es mas que pura oscuridad.

Fue un intercambio sin consenso, tu no lo sabes, pero yo... yo si que lo tengo claro; tu sin saber cambiaste la brea por un copo de algodón, me dejaste ligera pero al recordarte me asfixio. Es una pena, es una gran pérdida, es un gran cargo de conciencia pensar con tanta tristeza en alguien que me hizo tanto bien.

Me pregunto si es que de verdad me hiciste un bien o no, antes tenía un trago amargo a diario; ahora tengo una mosca a la mitad de mi plato helado que me mata toda gana, no se si haya hecho un buen cambio, realmente lo dudo todos los dias.

Claro, podía decir: ¡que mierda! no me va a malograr las ganas de saborear esto y arrimarla en la mesa, que es probablemente lo que hago todos los dias; pero igual esta ahi ¡Y no se muere! patalea, zumba, se detiene y cuando por fin he dejado de prestar atención empieza de nuevo.

Bbbbzzzzzzzzzz
Bbbbzzzzzzzzzz

No se ha muerto.

Y yo ya no puedo disfrutar mi helado pensando que sus patas asquerosas estuvieron en mi plato. Que estorbo. Ojalá se muera en tanta miel. Finalmente, se me quitan las ganas de todo dulce en ese momento.

Eres una mosca en mi helado,
Una indigestión en navidad,
Un dolor de cabeza en día de fiesta.

¿Cómo te quito la connotación negativa? Si finalmente me hiciste bien ¿Cómo te doy las gracias si siento que eres una piedra en el zapato? ¡Me cuesta tanto!

Y por ahí regreso a lo mismo, creo que le doy un significado erróneo a este peso inservible, no se trata de un esfuerzo en pos de algo mejor ni de un recuerdo inservible del que hay que deshacerse para utilizar mejor el espacio. Entonces ¿qué es?

Este cochino rompecabezas me esta costando demasiado, pero todavía me empecino en darle término, pues a pesar de ser algo tan odioso me ha enseñado una imagen que amo.

No sé si sea una de esas contradicciones odiosas de la vida o si me cuesta tanto porque cambio cosas a las que estaba acostumbrada durante muchos años; pero ya quiero que se acabe.