martes, 26 de junio de 2007

Naked Flashback


Hoy es un día de melancolía entrecortada... ayer luego de bañarme me sente en mi cama a pensar en muchas cosas sin conexión alguna, hacía frio, pero no tenia ganas de vestirme... solo queria estar sentada junto con ese sentimiento tan extraño pero familiar. Pasan las horas y pienso en tantos altos y bajos que no podría definir bien en donde estoy. Tengo una sensación extraña de que el tiempo pasa y nunca volveré a ser esa chica despreocupada que se pasaba las horas cantando mientras caminaba mirando al cielo. Algo se apagó dentro mio para dar paso a algo más que no conosco.
Ahora que vivo sola se que he dado un paso adelante, no por el hecho de no tener que dar explicacione a nadie, si no porque estar sola de una u otra manera me hace evolucionar. Es algo que confirmo cada vez que voy a visitar a mi mamá, llego a su casa y me sumerjo en un yo incómodo, que no me permite decir lo que siento, que me da una sensación de miedo a la permanente involución que percibo en esas paredes. Es como si allí no se quisiera ir hacia adelante, sino quedarse en un Limbo de lamentos en el que todos los demás tienen la culpa. Me da nostalgia... yo quisiera abrazarlos a todos y llevarme las partes buenas conmigo, pero se que no es posible, cruzo la puerta y de nuevo estoy sola, pero a partir de ese segundo soy libre de sentir y decir, y aunque eso me cause remordimiento..... no me arrepiento de haberme ido. Aun así, dar ese paso adelante me vuelve a traer a la mente que estoy sola, tal vez no en todo el sentido de la palabra pues tengo un millón de buenas personas alrededor mio, pero son aquel millón con el que no puedo compartir cosas infimas que me hacen feliz. Tal vez sea porque esas cosas ya no las tengo más conmigo.
Siempre me ha gustado observar a las personas en las cosas simples, es así como me gusta recordarlas, ver como caminan, como se peinan... la forma de sus manos, como las usan, la forma en que miran cuando estan calladas, la forma en que hablan, como entonan cada palabra; debo decir que muchas veces me he tenido que hacer la loca cuando me preguntan ¿que me miras? .... quien yo? nada! me quede pegada pensando en algo.... Y esas cosas presisamente son las que más extraño, pues a medida que pasa el tiempo son las primeras que se van, las hecho tanto de menos... Sentarme a ver hacer lo que sea a alguien especial, ver esa aura de naturalidad que emana sin darse cuenta. Extraño la simpleza de esos momentos, no porque no la consiga de nuevo, si no porque empezar a hacerlo de nuevo con alguien más es todo un proceso, no todos tiene la facilidad de dejarse observar.
Tal vez por eso me quede tantas horas desnuda sobre mi cama, sentir la simpleza del frio en mi piel me trajo a la mente muchos recuerdos sin conexion que trajeron consigo un pequeño flashback que me dejó verlos todos de nuevo . La simpleza de la desnudez... la simpleza de lo que yo veia y me hacia feliz.
Me reconforta pensar que aun puede haber alguien en el mundo que me recuerde cantar, que extrañe como yo tener a alguien con quien echarse en la cama y abrazar para sentir el calor de su olor, me reconforta pensar que tal vez alguien a lo lejos usa unos minutos de su tiempo para no borrarme de su mente.

miércoles, 6 de junio de 2007

Sueño Van Gogh

(Sueño lúcido)
Era una bola de luz amarilla, tan grande y tan clara que no podía distinguir nada alrededor mío más que yo misma; me tomó algo de tiempo darme cuenta que la luz y mi cuerpo, que hasta el momento habían sido una sola, iban separándose. No era difícil, ella se iba pero seguía siendo mia; parecía querer enseñarme algo e un lugar donde no podíamos estar juntas. Entonces, decidí soltarla y ver hacía donde me llevaba.

Mi luz amarilla empezo a moverse y entró suavemente en el viento, éste le daba vueltas y parecía llevarla hacía algún sitio que sólo el conocía. Mi luz giró y giró hasta llegar a un espacio azul índigo. Se detuvo poco a poco y allí no había más que el azul, tan tranquilo, tan plácidamente familiar. En una suerte de juego mi luz empezo a tintinear mientras aparecía dentro del azul, primero tímida, luego creciendo como si quisiera inundar todo a su alrededor... pero no lo hizo... Sólo se elevó hacia la derecha, para desde allí ver que habían más luces pequeñas alrededor. De pronto, todo se fue alejando... un zoom de mi telepática imagen, parecía ser el cielo cuando empieza a amanecer. Se alejó y todo se detuvo, pero aún parecía latir.


Mientras veía mi luz en el cielo desde lejos, bajé la mirada y allí estaban: los cerros de La Molina que observaba cuando me levantaba a escondidas para ver los segundos en que el amanecer el azul brillante; con las casa de colores debajo de ellos, las luces prendidas aún y la sensación de que por un corto lapso estas en un limbo entre la noche y el día. Por un breve instante, fue como estar parada junto a la puerta de nuevo; en silencio como siempre para no despertar al maravilloso amante que descansaba detras de mi. Un hombre se paró al lado, yo no volteé a ver quién era pero con él cerré los ojos y al abrirlos los cerros se movieron de lugar; como si con su llegada él me mostrara aquello que ve todos los días. Los cerros, las casa de colores y las luces tomaron nueva forma en su mismo lugar, se movieron para estirarse y ser otras. Todo volvió a quedarse estático de nuevo, pero con esa fuerza oscilante que daba la sensación de que en cualquier momento iba a moverse todo de nuevo.

Abrí los ojos, sabía que estaba en mi cuarto, pero me sentía flotar en una bruma espesa. Abrí... cerré... sentía que tenía seguir durmiendo pero no podía dejar de estar consciente. Decidí mantener los ojos cerrados para dormir de nuevo.

Fue entonces que ví esa iglesia, creo que la he visto alguna vez, pero no recuerdo en donde... tan grande y también tan lejana, como si nunca hubiese podido tocarla. Al igual que el resto de imágenes la iglesia tomó movimiento, pero de una forma distinta. Muchas ramas empezaron a crecer, todas iban saliendo de las paredes, creciendo hacia arriba como tratando de alcanzar las luces en el cielo; a la vez la iglesia se hacia más pequeña y se alejaba. Ya no era mas la iglesia, tenía la forma de ésta, pero se había convertido en un árbol muy tupido. Siguió alejandose hacia el lado izquierdo.

Y allí estaba yo, viéndolo en grande como si fuera mio, hecho de mis recuerdos... ya no se movía, pero parecía que iba a hacerlo en cualquier momento como si estuviera vivo, como si realmente estuviera frente a mis ojos. Mientras este familiar extraño me acompañaba a verlo yo me iba despertando... Allí estaba, allí estuvo... como si me hubiese podido ver a través del tiempo o como si yo lo hubiese visto a él.

Ahora cada vez que lo veo no puedo dejar de pensar que cada pieza allí tiene vida propia, como la tiene cada cosa que está frente a mis ojos, un recuerdo mio, un recuerdo tuyo, un recuerdo de todos. Sé que cada lugar que miré durante horas para no olvidar palpita cada segundo; están dormidos para que podamos saber que el lugar desde donde las vemos es nuestro, es parte de nuestra vida, pero probablemente sea parte de la vida de todos.

Ahora sé que lo que veo frente a mis ojos, lo ves tu también, puede parecer ditinto, pero es igual en el corazón. Te mueves, se mueve... Cambias y cambiará contigo también. Tal vez todos tambien vamos dormidos, tal vez todo está en todos.